Teresa Valdés Betancourt
Las guerras internacionales sobre los ataques de Israel a la Franja de Gaza en territorio de Paletina, la contienda en Ucrania, el estado de indefensión de pueblo de la cuasi-desconocida Republica de Yemen, ubicada en la península arábiga, cuya costa está entre el Mar Rojo y el mar Arábigo, omiten, silencian y subestiman el interés social por la permanente violencia contra las mujeres en México.
Con el alma en la mano, urge poner en la actualidad social, los peligros que están en permanente acecho contra las mujeres, niñas y adolescentes mexicanas especialmente, en la Jornada por el 25 de noviembre, Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, declarada por ONU desde 1981, en recordación, a las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, jóvenes dominicanas asesinadas por la dictadura del presidente Leonidas Trujillo en 1960, porque eran activistas feministas que lanzaban sus protestas ante la violencia de género y en favor del derecho de las mujeres.
Al denunciar la violencia feminicida cotidiana, los datos que se conocen ante la indiferencia social, hacen palidecer a las películas de horror.
Según https://www.inegi.org.mx/ De octubre de 2022 a septiembre de 2023, se estima que, en zonas urbanas, 8.4 % de las personas de 18 años y más fue violentada en el entorno familiar. En mujeres, este porcentaje fue de 9.8 %; mientras que en hombres, fue de 6.8 por ciento.
Atendiendo a los tipos y modalidades de las violencias, la psicológica, ocupa lugar prominente y aunque invisible, porque presenta 51.6 %, de la prevalencia, seguida de la violencia sexual 49.7 %, la violencia física 34.7 % y la violencia económica, patrimonial y/o discriminación con 27.4 %.
Resulta lamentable y muy triste valorar los hechos de homicidios y feminicidios ocurridos que, ante la impunidad originada por los atrasos de las investigaciones, movilizan a familiares y amistades para exigir eficiencia en los esclarecimientos.
Son hechos graves que afectan la seguridad ciudadana, nada está aislado por eso deben incluirse también, el fallecimiento por muerte violenta de varios hombres, quienes no siempre están vinculados a cuestiones delictivas o al narcomenudeo como se trata de generalizar a estos homicidios no esclarecidos.
La violencia se contabiliza con datos oficiales que aporta el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) y las estadísticas publicadas por el INEGI, sobre homicidios dolosos, culposos, feminicidios, desapariciones, lesiones dolosas, secuestros, corrupción de menores, abuso, denuncias por hostigamiento sexual y violación.
Tanto los homicidios como los feminicidios se presentan con características muy distintas. Generalmente en el caso de los varones, pierden sus vidas por balas o por arma blanca; pero en el caso de las mujeres, sus cuerpos aparecen lastimados, por violación sexual, signos de tortura, a veces descuartizadas y hasta le queman su cuerpo, como si la violencia de quitarles la vida no fuera suficiente para ellas.
La desigualdad de género, como causa de la violencia contra las mujeres está demostrada por infinidad de estudios y enfrentarla lleva implícitas conocer y esclarecer las causas culturales y estructurales de una sociedad signada por la férrea cultura patriarcal.
En cada propuesta, los argumentos se fundamentan en la necesidad de hacer cumplir los Derechos Humanos reconocidos a nivel mundial, así como los niveles de desarrollo dirigidos a la disminución y erradicación de la pobreza, el analfabetismo y la indefensión de las mujeres.
Esta Jornada por el 25 de noviembre de 2023, declarada por ONU desde 1981, como Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, nos convoca a la urgente necesidad de cumplir con las políticas públicas que exigen dejar la indiferencia ante la muerte de mujer en cada minuto, en cada día.
¡Basta de violencia!
@Letra Clara
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