Profesor Evaristo Velasco Álvarez
Tener siempre presentes los hechos más importantes que le han dado rostro al lugar, al Estado de Aguascalientes, a la región y al país que habitamos, es y será muy importante, porque son la prueba fiel de nuestro origen, la seguridad de nuestra pertenencia a la generación de grandes hombres y mujeres que entregaron sus mejores galas y esfuerzos en pos de la construcción de un mejor lugar para vivir.
Así, podemos recordar a algunos de los personajes que con su simple vivir intenso, permitieron que nosotros tengamos la dicha de vivir en un espacio que es valorado por propios y por extraños, como uno de los mejores lugares y de mejor calidad de vida de todo el mundo, ¡sí! ¡No me equivoqué! ¡Del Mundo! Avalado esto por quienes se dedican a encontrar en donde establecer su lugar de residencia.
Aguascalientes goza de esto, pero también del prestigio construido todos los días, de un pueblo trabajador, limpio, aseado, responsable, gentil, ufano, amable, entrón, honrado, culto, cooperador y tantos y tantos calificativos que a través de la historia se le pueden tranquilamente acomodar.
“La ciudad más limpia de América Latina”, según lo publicó un grupo ambientalista chileno que se dedica a certificar situaciones como esta, en todo el mundo; porque muy de mañana, cuando el sol apenas se quita las lagañas y sus rayos se alcanzan a descubrir en la aurora, nuestras mujeres se afanan en tener su casa limpia y con macetas y jardineras (cuando no hay espacio para jardines), con flores que embellecen las calles y que aroman el paso de los transeúntes.
Y aunque ya son historia, los talleres de ferrocarriles de Aguascalientes tuvieron tanto auge que se les catalogó como los talleres más importantes en toda América Latina, después de los correspondientes en Rosario, Argentina. De los aguascalentenses de viejo cuño, seguramente que el 80% tenemos algo que ver con ferrocarrileros: nuestro padre, abuelo, hermanos, tíos, primos, etc., seguramente que laboraron (y algunos aún trabajan), para Ferrocarriles Nacionales de México.
Hará unos cuantos años que la compañía FerroMex compró la concesión para utilizar las “venas del progreso”, como medio muy importante y seguro de transporte de una infinidad de materiales y productos. Venas que otrora fueron el canal por donde circuló la ciencia y el progreso; el arte y los artistas.
Y como lo dice el Himno de Aguascalientes: “Cuna ilustre de Chávez y Arteaga que a la Patria mil héroes le das…”, Aguascalientes ha sido el crisol en el que se han desarrollado hombres y mujeres que le han dado brillo internacional a la nación. Jesús F. Contreras, el famoso escultor ganador del concurso internacional de escultores en París, con su obra “MALGRE TOUT” (A pesar de todo), puesto que la tuvo que terminar con una sola mano.
Y qué decir de Saturnino Herrán cuyas obras pictóricas y muralistas adornan una sala del Museo Nacional del INAH; o Anita Brenner, cuyas actividades periodísticas revolucionarias la mantuvieran en prisión por años, o qué decir de Francisco Primo de Verdad y Ramos, quien inició la legislación en beneficio del municipio, consignadas sus ideas en la constitución con el artículo 115°.
O de la dinastía de los Armilla, la pulcritud en todos los sentidos de Carmelita Martín del Campo (primera mujer presidente municipal de Aguascalientes), o del brillante político de carrera trunca por su (¿Muerte? ¿Asesinato?), inesperada desaparición del profesor Edmundo Games Orozco (entonces gobernador del estado), o del maestro historiador y diplomático ejemplar, don Alejandro Topete del Valle.
O del calumniado Juan Chávez, quien, a decir de los viejos, era una especie de Chucho el Roto, o de un Robin Hood mexicano, que se dedicaba a quitarle dinero a los ricos para repartirlo entre los pobres, provocado por alguien que le quitó tierras, posesiones y asesinó a su familia. Y Mónica del Real, en tae kwon do, cuyo historial deportivo se tiene desde los Juegos Centroamericanos de Ponce, Puerto Rico en 1993, donde ganó la medalla de oro en la división welter, la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata, Argentina en 1995, su quinto lugar en los Panamericanos de Winnipeg, Canadá en 1999 y sus inolvidables Juegos Olímpicos de Sydney, Australia, del 2000, con el noveno lugar.
Su participación en Campeonatos Mundiales (son), cinco: en 1991 en Grecia, medalla de bronce; en 1993, en Nueva York, quinto lugar; en Manila, Filipinas 1995, medalla de bronce, los de 1997 en Hong Kong, medalla de bronce y en Edmonton, Canadá.
En fin, que la lista se torna interminable y en todos los ámbitos de la actividad humana. Motivo y razón de este escrito que intenta dar razones al ORGULLO de pertenencia de los que abrevamos de las fuentes inagotables del saber de la que fuese conocida, por su alta calidad cultural, “LA ATENAS DE MÉXICO”.
¡Ciudad bella!, ¡Hermosísima!, ¡Maga!, Dios te otorgue el progreso y la paz…, porque los que aquí vivimos y los que desean hacer de ella su morada, nos sentimos muy orgullosos de ser aguascalentenses y paisanos de personajes de tan alta talla. No me cabe duda de que es todo un privilegio ser aguascalentense y parte de los mexicanos que hacemos ¡Que viva México!
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