PABLO BARATINI DESDE VALPARAÍSO CHILE
Hoy amanecí con ganas de escuchar música, tal vez será que mi depresión empieza a disiparse, pero así fue. Buscando entre unos y otros discos, encontré un sobre elaborado con una hoja de esas que se usan para escribir a máquina, y dentro contenía tres discos, me extrañó lo novedoso del paquete, y al revisarlo por el frente pude ver aquel mensaje que decía “para una mujer muy especial”.
El hecho de que estuviera dedicado a mí me causó un poco de sonrojo, no soy de esas mujeres que tengan muchos pretendientes, que reciban flores, serenatas, halagos o muestras exacerbadas de cariño. Así que tomé uno de los discos y lo introduje en el reproductor, eran boleros interpretados por Tintán. Fue entonces que recordé de quién me había regalado tal detalle, claro que reconozco que Tintán no es de mis favoritos, pero al oír canciones como “bonita”, “muñequita linda” y otras que no pude reconocer, pero que sin duda habían sido elegidas especialmente para mí, me animé a escuchar el siguiente disco.
Recordé entonces que fue en un viaje de trabajo, aquel hombre era uno de los asesores de la empresa que estaba impartiendo la capacitación, sí, lo recuerdo, apenas en el primer día de curso, ocurrió que al estar sola en el aula, pues ya todos habían salido, y yo quedé un minuto más apagando mi computadora, entonces él se esperó a que guardara todo, y se ofreció a acompañarme hasta la planta baja, donde esperaban mis compañeras para irnos juntas al hotel. NO, ni siquiera le pregunté su nombre, en cambio él si me preguntó, si me quedaría toda la semana como el resto de mi equipo o si únicamente tomaría los temas relacionados con la elaboración de proyectos. No platicamos más en ese momento, pues se detuvo el elevador y de inmediato mis compañeras y yo nos fuimos al hotel a descansar.
Ahora que intento recordar su físico, no lo consigo totalmente, creo que era o mejor dicho, es moreno, sí, claro que más alto que yo, pero por más que intento recordar sus ojos no lo consigo, tal vez porque no tengo por costumbre mirar a los ojos de los desconocidos. Tampoco recuerdo con exactitud sus rasgos. El segundo día transcurrió en el aula, todos estábamos atentos a la información que los talleristas emitían y que luego en dinámicas grupales debimos poner en práctica, apenas y tuvimos tiempo para comer y los respectivos recesos de mañana y tarde.
El segundo disco contenía canciones de Jorge Muñís, al igual que el primero, eran boleros, a diferencia de Tintán, las canciones interpretadas por Jorge, me gustan más. El tercer día fue muy parecido al segundo, salimos casi “muertas de cansancio” así que apenas lo recuerdo en la hora de la comida, cuando se me acercó para ayudarme a colocar mi saco en un perchero. Se sentó en la mesa de al lado, pero yo metida en la plática con mis compañeras ni siquiera voltee a mirarlo.
El cuarto día fue muy intenso, pues si queríamos que al otro día nos quedara tiempo de dar un paseo por la ciudad, era necesario agotar casi todos los temas contemplados en el curso; por otro lado, teníamos que prepararnos para el examen, pues para obtener el diploma, requeríamos pasar con mínima calificación de 8.5 ; así que apenas levanté la mirada de mi cuaderno de apuntes cuando él se aproximó para entregarme una carpeta que había olvidado en el comedor.
En el tercer disco escuché canciones más modernas y contemporáneas, por ejemplo Juan Luis Guerra y Enrique Iglesias. El último día, se acercó cuando yo salí a preparar un café, pero fingió tomar agua, pues en ese momento, el Director de la empresa capacitadora me abordó para explicar que nuestro vuelo de regreso estaba para el día siguiente y que pasara con su asistente para ultimar detalles. A la hora de la comida hubo brindis, y él desde su mesa levantó su copa y brindó conmigo, pero yo de nuevo me distraje en la charla con mis compañeras y con otras que habíamos conocido en esos días, así que no fue mucho el caso que le hice. Oh, pero esperen, aquí escucho la canción de Shakira, no se como se llama, pero coincidentemente, es aquella que dice “despertaste en mi el sentido del olfato y fue por ti que aprendí a querer los gatos”, digo que es coincidencia, pues si no fue mucho lo que platicamos, es curioso que esta letra haya sido dedicada para mi en este disco, ya que me gustan mucho los gatos.
Fue después de la comida cuando nos entregaron los resultados y diplomas, así que para festejar elegimos un bar del centro, él no apartaba su mirada de mí, lo supe porque una compañera me lo dijo, yo no di mayor importancia, pero cuando fui a la camioneta en la que nos habíamos trasladado, él aprovechó para darme un paquete, me dijo que las había elegido con mucho cariño, y me preguntó si vendría al próximo curso, el cual se efectuaría dentro de tres meses, yo con la indiferencia de todos esos días, pero siempre tratando de ser amable, le dije que no sabía, que todo dependía del Director. La plática se interrumpió pues en ese momento llegaron dos compañeras que también venían por su sacos, y yo aproveché para evadirlo. No sé como se llama, no recuerdo si en algún momento le pregunté su nombre, hoy a casi diez años de distancia y después de escuchar los discos, he sentido la nostalgia y me gustaría saber de él, pero imposible, no sé ni siquiera su nombre.
“Bonita como aquellos juguetes,
Que yo tuve en los días,
Infantiles de ayer”.
(Fragmento de la canción bonita de María Prever).
María Victoria Maldonado Godínez
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