Cuando la conocí era pequeña y hermosa, nunca pensé que con el transcurso del tiempo se deformaría, ya que las patas le crecieron mucho, estaba deforme, imaginémonos su cuerpo redondo, patas largas y flacas, pero lo peor sería que le salió mucho pelo, parecía al Tío Cosa (personaje ficticio, miembro de la serie de televisión “La Familia Addams”).
Cuando le llegó la etapa de reproducción, me llenó la casa de hijos, no recuerdo bien si fueron diez o más, hermosos todos, pero vi que era un gran problema, con tantos hijos.
Por eso, me declaro culpable ¡sí, la maté!, pero la culpa fue de ella, por ser peluda y tener las patas largas. La verdad es que siempre que la veía, me daba miedo sus patas largas, y lo prolófica que era. De noche andaba por toda la casa, a hurtadillas, aprovechando la oscuridad y el silencio, eso también me daba miedo. Para colmo, rondaba mi cama, creo que me quería agarrar dormido.
Por eso, cuando se me apareció a la luz del día, vi la oportunidad de deshacerme de ella. Tomé el insecticida y sin clemencia la rocié de una buena dosis, para que se muriera. Adiós Araña peluda y patona, no me arrepiento de haberte matado.
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