Por: Profesor Evaristo Velasco Álvarez
Abril nos ha traído el sabroso calorcito de la entrada de la primavera y el arrullo matutino y nocturno del trino de las aves canoras que año con año nos acompañan para festejar la Feria Nacional de San Marcos; la más importante y grande de todo el país. Su fama alcanza ya el continente europeo y claro que todo el americano.
La vida misma se pinta de verdor y de colores con la floración que nos dice que vendrá una buena cosecha, si es que las lluvias nos son propicias. Al mismo tiempo que todos los mexicanos, al igual que los habitantes de todo el planeta, nos preparamos para disfrutar de unas bellas vacaciones abrileñas, las que casi siempre coinciden con los días más importantes de la fiesta en Aguascalientes, y que como cada año, también coinciden con la Semana Mayor.
Y los preparativos para ir a la playa o a visitar a los amigos no se hacen esperar; y el preparar las maletas y las llamadas a los amigos para avisarles que estaremos con ellos tales fechas nos entusiasman y nos comprometen. En medio de todo no olvidemos que nuestro principal papel a desarrollar es el de protección a nuestra familia, así como cuidar el gasto y no endeudar de más el presupuesto familiar.
Porque aunque dice el dicho que lo paseado y lo bailado ya nadie nos lo quita, puede resultar que nuestro gozo se vaya al pozo si no planeamos nuestras vacaciones de acuerdo a nuestros haberes, dejando lo necesario para que el regreso sea un festejo en repetición de nuestro paseo, y no una lamentación por los gastos cometidos “sin ton ni son”.
Así que a visitar el jardín de San Marcos y disfrutar de las tradicionales mañanitas que tanto nos alegran el alma; a visitar el sin fin de juegos mecánicos junto con la familia; a tener la oportunidad de asistir al tradicional “FERIAL”, muestra de nuestra cultura y tradiciones en una función especialmente preparada; a deleitarnos con un buen plato de enchiladas al estilo Aguascalientes, con cebolla y queso y con papas fritas y crema; y a bailar al ritmo de la tambora que nos fortalecerá el espíritu, y a gritar con todas las fuerzas: ¡Víva Aguascalientes'n!
Pero sobre todo, que aprovechemos lo que la naturaleza nos prodiga, año con año, en una muestra más que natural de lo que significa estar vivo y vibrar de emoción con nuestra música y nuestros recuerdos. Que no olvidemos agradecer a Dios por sus bondades y que sepamos tomar lo que es nuestro, sin abusos ni pichicaterías. Lo que nos corresponde, ni más ni menos, para hacer ¡Que viva México!
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