Por Lic. Luis Fernando Torres / Colaborador de PRENSAMÉRICA BAJA CALIFORNIA
El pasado sabado 24 de septiembre de 2022, China subrayo en la Asamblea General número 77 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), su compromiso en cuanto a la reivindicación de la isla de Taiwán.
El ministro de relaciones exteriores de China, Wang Yi, dirigió a varios de los líderes mundiales presentes en la asamblea, la advertencia de que, cualquiera que se interponga en su determinación (de China) de reunificarse con la isla autónoma, sería “aplastado por las ruedas de la historia.”
China defiende con vehemencia su reclamo sobre Taiwán, que se separó del continente después de una guerra civil en 1949 y ahora funciona con su propio gobierno. Desde el fin de la guerra, los gobiernos de China continental (República Popular China) y Taiwán (República de China) consideran que Taiwán es una provincia china, y ambos aseguran ser los legítimos gobernantes de todo el territorio. Esta disputa se ha mantenido tensa hasta la actualidad.
Taiwán actualmente, se mantiene como el líder productor de chips a nivel mundial, liderazgo que se prevee que se mantenga al menos hasta el 2025. La isla representa el 43% de la producción actual a nivel mundial. La producción de microchips es relevante para todos, ya que esta tecnología es fundamental en el funcionamiento de nuestros teléfonos celulares, computadoras, automóviles y muchos otros productos y servicios. Básicamente, los chips son el fundamento de la economía digital mundial.
La fabricación de chips se vio afectada por las restricciones sanitarias del Covid-19. Durante los inicios de la pandemia, la industria automotriz reaccionó con miedo y en consecuencia, se vio una gran caída en la demanda de chips, ya que las gigantes automotrices cancelaron sus pedidos. En contraste, al mismo tiempo aumentó la demanda de computadoras, tablets y otros dispositivos debido al auge del trabajo remoto desde casa. Por consiguiente, también se elevaron los pedidos de chips para fabricar esos productos por parte de las empresas especializadas.
Elaborar chips es un proceso que dura varios meses por la complejidad de su manufactura y requiere una previa planificación. Al subir los pedidos tanto de empresas automotrices como de las especializadas en tecnologías de la información, las fabricantes de semiconductores se han visto desbordadas por la demanda y dejan en lista de espera las nuevas solicitudes, provocando una crisis general de la producción.
En el marco de la guerra comercial que subsiste entre los Estados Unidos y la República Popular China, el interés por dominar la cadena de producción de microchips no es la exepción. Por lo tanto, no es descabellado pensar que detrás del deseo de los Estados Unidos de que subsista el derecho legítimo para Taiwan de subsistir con soberanía, hay uno de los intereses económicos más importantes de nuestra época.