Por Lic. Alma Diana Velasco González / Colaborador de PRENSAMÉRICA BAJA CALIFORNIA
En el año de 1987 un trabajador mexicano con el salario mínimo podía obtener la canasta básica en aproximadamente 5 horas ahora se tendría que laborar 24 horas, para una familia de 4 integrantes el padre tendría que gastar 13 días de su salario.
El combate a la pobreza, la alimentación sana y abundante como una de las promesas de campaña del actual presidente Andrés Manuel López Obrador se ha visto empañada, la inflación ha tenido una gran repercusión en el incremento de esta, cuyos precios crecen sin cesar, poniendo en aprietos a las familias mexicanas, lamentablemente en el país el grueso de la población podría clasificarse en clase media, media baja y pobre esta última abarcando el 44% de mexicanos, según estudios de la CONEVAL del año pasado, si bien con el aumento al salario mínimo que fue el más alto en los últimos sexenios han sido infructuosos pues los precios de los alimentos a siguen creciendo, por lo que el poder adquisitivo no es el óptimo pese al cacareado incremento al salario.
Como una de las medidas que podría decirse desesperada del ejecutivo federal en busca de parar la carestía de los alimentos, ha emitido un decreto el 19 de octubre del presente año en el cual exenta de arancel a las importaciones de productos considerados de la canasta básica e insumos estratégicos como: aceite de maíz, arroz, atún, carne de cerdo, carne de pollo, carne de res, cebolla, chile jalapeño, frijol, harina de maíz, harina de trigo, huevo, jabón de tocador, jitomate, leche, limón, maíz blanco, manzana, naranja, pan de caja, papa, pasta para sopa, sardina, sorgo, trigo y zanahoria y de otras fracciones arancelarias que clasifican los productos que forman parte del consumo básico de las familias mexicanas: animales vivos de las especies bovina, porcina, ovina o caprina, gallos y gallinas,
sin embargo uno de los puntos importantes del decreto es la laxitud en las regulaciones sanitarias pues lo importadores de tales productos solo deberán manifestar, bajo protesta de decir verdad que se cumplen con las condiciones de inocuidad y sanidad así como que se cuentan con las certificaciones correspondientes, por lo que pudiera ser un arma de doble filo “comer, a costa de comer cualquier cosa” y no es por presuponer pero desde el escándalo de la leche radioactiva de la CONASUPO en los años 80´s y los cultivos con glifosato demostrado científicamente como un desarrollador de células cancerígenas, de acuerdo a los pronunciamientos de la OMS, así mismo observando la corrupción que todavía impera en nuestro país así como la falta de escrúpulos de algunos empresarios, y/o intermediarios, las cosas están para pensarse.
Comentarios
Alma Diana Velasco González, gracias por su valioso aporte!