En 1922, la tumba de Tutankamón fue descubierta en Egipto por una expedición dirigida por el arqueólogo Howard Carter. Los hallazgos realizados al descubrir la tumba en gran parte intacta proporcionaron una gran cantidad de conocimientos sobre el antiguo Egipto, sus prácticas de entierro y sus costumbres. Entre los asombrosos artículos recuperados había un juego de trompetas de madera, plata y bronce, un hallazgo fascinante, pero posiblemente también uno maldito.
El sonido de una de las trompetas fue grabado en 1939 por la radio de la BBC para que personas de todo el mundo escucharan el sonido de este instrumento extraordinario y antiguo. Unos meses después de tocar la trompeta, estalló la Segunda Guerra Mundial, lo que finalmente llevó a la leyenda de que las trompetas tenían el poder mágico de invocar la guerra.
De hecho, las primeras trompetas en Egipto parecen haber sido utilizadas con fines militares, para alertar y posiblemente dirigir a los soldados en el campo de batalla. Los arqueólogos egipcios, como Zahi Hawass, sí creen que las trompetas tienen poderes mágicos relacionados con la guerra. El egiptólogo Hala Hassan, partidario de la idea de que las trompetas están malditas, también afirma que una de las trompetas fue tocada en 1967 y nuevamente en 1990 por estudiantes anónimos que estaban realizando un estudio sobre los artefactos de Tutankamón.
Además, Hassan dijo que, en 2011, una semana antes de que estallara la revolución, un miembro del personal, en el museo había estado fotografiando y documentando el artefacto y aparentemente lo tocó. Hasta ahora, estas historias son anecdóticas y no proporcionan evidencia concluyente de la realidad de la maldición. Pero eso no ha detenido la leyenda de las trompetas malditas del rey Tut.