Cada 8 de septiembre, gran parte del mundo conmemora el Día Internacional del Periodista, también difundido como Día Internacional de la Solidaridad del Periodista, en recuerdo del reportero checo Julius Fučík, ejecutado por los nazis el 8 de septiembre de 1943. La fecha fue instituida en 1958 por la Organización Internacional de Periodistas (OIP/IOJ) en su IV Congreso celebrado en Bucarest.
Fučík escribió en cautiverio su célebre Reportaje al pie de la horca, un testimonio clandestino que salió de la prisión hoja por hoja gracias a la complicidad de un guardia, y que se publicó de manera póstuma en 1945. “He aquí, pues, mi último testimonio”, dejó dicho en uno de sus pasajes, poco antes de ser trasladado a Berlín para su ejecución.
Su libro, compuesto en la cárcel de Pankrác durante 1942–1943, ha sido traducido a decenas de lenguas y convertido en emblema de resistencia ética del oficio. La versión española relata con precisión el momento en el que el protagonista declara: “Hombres: os he amado. ¡Estad alerta!”. Es un recordatorio de que la dignidad humana no se defiende con palabras vacías, sino con la vigilancia constante y el compromiso inquebrantable.
Por qué esta fecha importa hoy
Recordar a Fučík no es un ejercicio de nostalgia, sino un recordatorio de que el periodismo serio se escribe bajo riesgo y a favor del público. De hecho, aunque el 8 de septiembre no es una fecha oficial de Naciones Unidas, este organismo sistema reconoce hitos complementarios como: el Día Mundial de la Libertad de Prensa (3 de mayo) y el Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas (2 de noviembre). Ambos marcos recuerdan que sin libertad de prensa no hay ciudadanía informada ni control democrático.
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