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13706544854?profile=RESIZE_710xLa SCJN en su nueva configuración plenaria

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) se encuentra en un momento definitorio de su historia, marcado por la reforma constitucional en materia del Poder Judicial publicada en septiembre de 2024. Esta reforma transformó radicalmente su estructura, reduciendo el número de ministras y ministros de once a nueve y suprimiendo las Salas para que el Máximo Tribunal funcione exclusivamente en Pleno. En este contexto, la SCJN ha emitido un nuevo Reglamento de Sesiones y de Integración de las Listas de Asuntos con Proyecto de Resolución, cuyo objetivo primordial es garantizar una justicia eficaz, pronta y transparente frente al pueblo de México. El desafío es mayúsculo: mantener e incluso incrementar la productividad resolutiva en una configuración plenaria única, superando las dinámicas operativas históricas. 

Las nuevas reglas de las sesiones del Pleno

El nuevo Reglamento busca dotar de mayor agilidad y sencillez a las sesiones, sin menoscabo de su efectividad y transparencia. Se establecen diversos tipos de sesiones: públicas (ordinarias, extraordinarias y solemnes) y privadas (excepcionales para temas específicos). Las sesiones públicas, por regla general, permitirán la asistencia de ciudadanos, y la Presidencia, con el auxilio de las áreas administrativas competentes, deberá garantizar las condiciones necesarias para que Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas, personas en situación de vulnerabilidad o con discapacidad, tengan acceso efectivo, pudiendo auxiliarse de intérpretes de señas o lenguas maternas.

Un punto innovador son las "sesiones extraordinarias en territorio", que podrán celebrarse fuera de las sedes de la SCJN a petición de ministras, ministros o la ciudadanía, exponiendo razones justificadas. Esta medida, especialmente cuando se realicen en pueblos y comunidades indígenas o afromexicanas, implicará una coordinación respetuosa con las autoridades comunitarias, acercando la justicia a donde más se necesita y generando espacios de escucha activa.

La nueva composición del Pleno y su implicación operativa

La extinción de las Salas es uno de los cambios más drásticos. El informe de labores 2024 de la SCJN reveló una estadística contundente: entre 2011 y 2023, las Salas resolvieron más de 63.000 asuntos cada una, mientras que el Pleno apenas superó los 4.000. Este dato, junto con la observación de que las discusiones en Pleno eran "extremadamente largas" y a menudo se ocupaban de "cuestiones procesales en lugar de centrarse en la resolución del fondo", justifica la necesidad de establecer reglas que optimicen los tiempos de intervención.

Para abordar esta nueva realidad, el Reglamento organiza las sesiones del Pleno de lunes a jueves. Lunes y martes se dedicarán a asuntos de fondo de gran trascendencia como controversias constitucionales, acciones de inconstitucionalidad, declaratorias generales de inconstitucionalidad, y contradicciones de criterios, dando preferencia a los relacionados con Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas. Miércoles y jueves se reservarán para asuntos de materias penal, civil, administrativa y laboral, con segmentos especiales para solicitudes de facultad de atracción y reasunción de competencia, y recursos de reclamación, priorizando igualmente los derechos de los grupos vulnerables. 

El corazón de las deliberaciones judiciales

El Reglamento introduce reglas claras para el desarrollo de los debates, buscando agilidad sin sacrificar la profundidad. La ministra o ministro ponente tendrá un máximo de diez minutos para exponer su propuesta, centrándose en argumentos sustanciales. Se establecen rondas de intervención para las ministras y ministros (siete minutos en la primera ronda, cinco en la segunda y rondas adicionales si son necesarias), con tiempos específicos para la respuesta del ponente. La prohibición de interrupción durante las intervenciones busca fomentar un debate ordenado y respetuoso.

Un elemento crucial en la transparencia es la obligación de publicar los proyectos de resolución al difundirse la lista respectiva, al menos con tres días de anticipación a la sesión. Esto permite a la comunidad jurídica y al público en general conocer de antemano las propuestas y, en su caso, los argumentos que sustentan las decisiones. Las sentencias, especialmente aquellas vinculadas con niñas, niños y adolescentes, personas con discapacidad, migrantes, Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas, deberán emitirse en formato de lectura accesible o con una síntesis, y traducirse a la lengua indígena correspondiente cuando sea pertinente. 

Hacia una jurisdicción superior renovada

La implementación de este Reglamento representa un desafío significativo. La SCJN debe armonizar la búsqueda de celeridad con la meticulosidad que exigen los asuntos de fondo, en un Pleno que ahora asume la totalidad de la carga. La adaptación de las ministras, ministros y el personal judicial a estas nuevas dinámicas de trabajo, incluyendo la gestión de listas, el control de tiempos y el uso de tecnologías, será vital.

Para la comunidad jurídica, comprender y adaptarse a las nuevas reglas de las sesiones, los tiempos de exposición y las prioridades de los asuntos será fundamental. El Reglamento enfatiza que sus disposiciones deben interpretarse conforme a los principios constitucionales, de derechos humanos, perspectiva de género, pluriculturalidad y enfoque inclusivo, lo que subraya la responsabilidad de todos los actores en la construcción de una justicia más equitativa. Las expectativas son altas, y el éxito de esta renovación dependerá de una implementación consciente y de un compromiso continuo con los principios que la inspiran. 

Un Pleno moderno para los desafíos de la justicia mexicana

El Reglamento de Sesiones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de integración de las listas de asuntos con proyecto de resolución es un documento que define la nueva arquitectura operativa del máximo tribunal mexicano. Al afrontar los retos de la reforma constitucional con reglas claras para la agilidad, la transparencia y el debate, la SCJN busca consolidar su papel como garante de los derechos y como ejemplo de modernización judicial. Este esfuerzo, que es un reto compartido entre juzgadores y ciudadanos, sienta las bases para un Pleno más eficiente, accesible y en sintonía con las necesidades urgentes de justicia de la sociedad mexicana. La integración de la tecnología y la promoción de la inclusión son pilares que, bien aplicados, prometen una jurisdicción superior renovada y más robusta frente a los desafíos del siglo XXI.

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