PABLO BARATINI DESDE VALPARAÍSO CHILE
Por Luz Elena Sandoval aka Rachel / Colaboradora de PRENSAMÉRICA BAJA CALIFORNIA
Comenzaré diciendo lo que el Gran Quijote le dijo a su fiel amigo Sancho:
¡Cambiar el mundo, no es locura ni utopía, es Justicia!
Creo que ya es tiempo de levantarnos en armas y luchar contra el responsable que tiene al mundo sumergido en este terrible caos, al único al cual le debemos todo el drama que se está viviendo, que eres tú y soy yo... Si, no existe ningún otro culpable de que este mundo Edénico se haya convertido en la sede del Infierno, mas que tú y yo, es momento de tomar con consciencia el protagónico que siempre hemos tenido y dejar de culpar a terceros, (malos gobiernos, conspiradores, logias ocultas, seres intra-terrestres, extra-terrestres, demonios, etc...).
Mientras sigamos en el roll de la víctima, seguiremos en el caos total dentro y fuera de nosotros, pues todo es energía, cada uno de nosotros somos un campo energético... Einstein nos lo enseñó con su fórmula E=MC2, ósea que la energía es igual al peso de la masa por la velocidad de la luz al cuadrado, ósea que si usas la fórmula te darás cuenta de que eres un campo energético poderoso, con ello mi querido lector me precisa hacerte reflexionar en lo siguiente...
Como dijo, Antoine Lavoisier:
“La energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma”.
Si somos energía, no podemos ser destruidos, sólo transformados, entonces ¿Qui{en nos puede destruir? Deja todas esas teorías conspiradoras que solo te tienen distraído de quien eres y comienza a ser ese ser de luz e ilumina el mundo obscuro en el que vives, por falta de ti en el, por tu ausencia, por tu fijación en lo negativo, estás desconectado de tu ser indestructible e imperecedero.
La física cuántica nos dice que cada pensamiento envia una onda electro-magnética que tiene un efecto en el mundo en el que vivimos, esto nos confirma que no somos simples seres humanos en un sumo peligro extinción acorde a las teorías religiosas, sino que somos en esencia poderosos y capaces de construir y destruir nuestra "realidad", mundo.
Fuimos creados con el infinito material de la eternidad, el cuerpo solo es una vestimenta, el mundo solo es "espacio/tiempo" mismos que usando el poder intrínseco que poseemos podemos moldear y ajustar a nuestro antojo, esto no es filosofía, esto está científicamente comprobado, (véase el experimento de la doble rendija).
¡El observador afecta a lo observado!
Einstein dijo: Me gusta pensar que la luna está ahí, incluso si no estoy mirando, porque Niels Bohr lo hizo dudar al traer la novedosa teoría de que solo existe lo que observamos, que el árbol no se cae sino hay alguien para ver su caída, con esto es en extremo necesario que entendamos y comprendamos que somos un gran proyector por el cual se manifiesta y materializa toda la dinámica llamada ‘vida’.
No se puede negar algo, cuando hay tanta evidencia, entonces es momento de asumir la responsabilidad de que todo el caos que se está viviendo, es por nuestra causa, porque somos muy malos observadores, es momento de comenzar a mirar lo bueno y eliminar de una vez por todas esa prehistórica corteza reptiliana del cerebro, que es la que nos hace fijar nuestra atención en lo negativo y proyectarlo al exterior, comencemos a ejercitar nuestra mente al pensamiento positivo y re-constructivo.
Por ello querido lector cambiar al mundo, cambiándonos a nosotros mismos, no es una maravillosa frase del Sabio Gandhi, tampoco es teoría, ni filosofía, no es un buen slogan, no es una fábula, ni mucho menos un imposible, todo lo contrario es tan posible que solo basta con la diaria práctica del buen observar, del buen pensar, para por ende comencemos a buen proyectar.
Terminaré con esta frase maravillosa de Steve Jobs que dice:
¡Aquellos que están lo suficientemente locos para creer que pueden cambiar el mundo son quienes lo cambian!
¡Yo estoy lo suficientemente loca y creo que puedo hacerlo!
¿Y tu?
¡Hagámoslo! por Justicia, porque ya es justo que cambiemos el guion de la historia dramática que nos estamos 'escribiendo/creando' para comenzar a vivir en el Paraíso que Facundo Cabral aseguró que no lo hemos perdido, solo lo hemos olvidado.
¡Bendiciones Ilimitadas!
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