La historia oficial de la recaptura de Adolfo Macias, conocido como Fito, el cabecilla del crimen organizado en Ecuador, podría estar desmoronándose. Noticias Uno de Colombia reveló que su entrega no fue por inteligencia, sino parte de un acuerdo negociado con el Gobierno ecuatoriano, ¡que terminó en una supuesta traición!
Fito habría negociado directamente para evitar que su familia fuera a prisiones de grupos rivales. A cambio, habría pedido protección, devolución de bienes y no ser encarcelado con sus antagonistas.
Lo más sorprendente es el supuesto papel de Colombia: Fito habría solicitado que su entrega fuera garantizada por la embajadora María Antonia Velasco, enviándole una carta por temor a ser violentado o enviado a El Salvador.
Abogados de Fito se habrían reunido con un delegado del Ministerio del Interior el 4 de junio para afinar detalles de la entrega. La detención de su familia aceleró su decisión. En la carta, Fito supuestamente exigía no usar fuerza, respetar su vida y la de sus allegados, y que estos fueran a la cárcel Regional de Guayaquil, controlada por su grupo.
Pero, aunque la embajadora informó, los hechos se precipitaron. Se había pactado una reunión con el ministro del Interior, pero en vez de funcionarios judiciales, irrumpieron fuerzas especiales ecuatorianas, proclamando una captura "tras extensas tareas de inteligencia".
El medio colombiano añade que el fiscal general supuestamente ya procesaba cambios de reclusión para la familia de Fito, confirmando las conversaciones. Sin embargo, Ecuador habría optado por una "captura" que ahora genera dudas.
La revelación sacude la credibilidad del operativo y la narrativa del Gobierno. Fito está en La Roca, la cárcel que quería evitar, a la espera de una posible extradición a EE. UU.