Edadismo: Palabra nueva, antigua situación
Por Mirtea Elizabeth Acuña Cepeda
El edadismo se refiere a una situación que siendo muy antigua y cambiante en los distintos periodos históricos, es un concepto que entendemos con facilidad al saber que se relaciona con la edad; se trata de las distitnas formas de la discriminación que, por las razones a veces contrarias han sufrido las personas, ya sean infantes o ancianos, una palabra que actualmente se ha tornado impropio decir, lasí como viejo o vieja y se en muchos casos se ha optado por denominarlos adultos mayores (AdM); sin embargo, es correcto decir viejo, vieja o anciano, anciana y no debería incomodar a nadie, pues no todos llegan a una edad avanzada, pese al envejecimiento poblacional. La cuestión es que existen diferentes formas de discriminación para infantes y ancianos, de ahí la importancia del concepto de Edadismo.
Edadismo es un término sociológico que viene del inglés ageism y fue acuñado por el gerontólogo Robert Butler (1969), para estudiar los estereotipos y prejuicios relacionados con la edad y estudia las formas que tenemos de entender la infancia y el envejecimiento y los factores culturales que inciden en ese comportamiento, lo cual se dificulta, dada la heterogeneidad de las personas y por su fondo que siendo cultural esta permeado por la religión, la politica, la economia, en fin por los multiples elementos sociales. En general, lleva a reducir la autoestima, a debilitar el “yo”, lo cual es trascendente en la educación de la juventud, así como al enfatizar las capacidades físicas como medida del mérito y peor aún de los derechos humanos, situando al individuo en posición de debilidad y forzándolo a guardar silencio, los pequeños porque aún no se desarrollan y los mayores porque están en decadencia.
En estas situaciones, quizá la peor es la invisibilidad social del edadismo, favoreciendo la situación de vulnerabilidad y considerando como positiva la capacidad mental y física, predisponiendo al maltrato y menosprecio de otras capacidades y que además, puede tener consecuencias de gravedad que incluyen estrés, ansiedad, depresión y con ello limitar el acceso a la vida familiar y disminuir el acceso a oportunidades laborales y sociales, provocando un aislamiento social; es indispensable pensar en acciones que promuevan al cambio y la sensibilización para desafijar los prejuicios sobre la edad, promover la inclusión valorando y respetar al individuo, ofrecer oportunidades y desarrollar programas intergeneracionales, de aprendizaje entre diferentes generaciones y situaciones sociales.
El edadismo es un problema mundial y se calcula que una de cada dos personas en el mundo tiene actitudes contra la edad o “edadistas” (Naciones Unidas), empobreciendo la salud física y mental de muchos, reduciendo su calidad de vida, y con ello aumentan el costo en miles de millones de dólares a la sociedad; la OMS y otras organizaciones internacionales subrayan la urgencia de luchar contra el edadismo y realizar evaluaciones sobre este problema, que es una sigilosa pero devastadora desgracia para la sociedad. Resumiendo, las personas AdM o las muy jóvenes, a menudo se ven desfavorecidas en el trabajo y la formación especializada; el edadismo contra los más jóvenes se manifiesta en muchas esferas, donde sus voces suelen ignorarse o rechazarse, pero, en general, sean viejos e infantes, en el edadismo se expresan tres componentes; cognitivo, conductual y emocional, que pueden ser intencionados o no intencionados, cada uno requiere un estudio diferenciado, pues de éstos se derivan los estereotipos y la exclusión y van desde los procedimientos asistenciales en situaciones de emergencia.
El, edadismo incluye el uso ilegal de los medios económicos, recurrir al maltrato que va hasta el lenguaje empleado para hablarles como si fuesen discapacitados mentales y cuestionando lo que pueden aportar a la familia; en el caso de muchos AdM, se les ve y piensan que son un cero a la izquierda, cayendo en el “edadismo autoinfligido”, participando en la idea que su persona “ya está acabada”, que nada puede dar, ni aprender cosas nuevas, ni adaptarse a las nuevas tecnologías; en fin, que ya vive con un paso en la tumba.
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