La campaña ÚNETE, de Naciones Unidas, ha proclamado el día 25 de cada mes como el “Día Naranja”, para generar conciencia y prevenir la violencia contra las mujeres y niñas. Cada año, la campaña se extiende por 16 días, desde el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, hasta el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos.
Las Naciones Unidas definen la violencia contra la mujer como "todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado, un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada".
Según la organización Mundial de la Salud, una de cada 3 mujeres en todo el mundo sufre violencia física. En el caso de Latinoamérica, el año pasado, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) diagnosticó en su último reporte que una mujer es asesinada por razones de género cada dos horas.
En Ecuador, según el informe "Estadísticas de violencia contra la mujer" publicado por la Fiscalía General del Estado en el 2022 se registraron 10.800 casos de violencia contra la mujer, de los cuales 6.900 fueron casos de agresión física, 2.800 por violencia sexual, 500 casos de violencia psicológica y 600 más por violencia económica.
En lo que va del 2023, las agresiones a mujeres llegaron a 11.500 casos; cada uno representa una herida en el tejido social que no puede ser ignorada.
Las causas de esta situación pueden ser complejas y variadas, pero en su mayoría éstas situaciones de violencia se alimentan por los estereotipos de género que asignan a las mujeres un papel subordinado y de inferioridad, pero también está relacionada con factores sociales y económicos, como la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidad, generando un impacto en la sociedad porque afecta, no solo a las víctimas directas, sino también a comunidades y sociedades en su conjunto, generando ciclos de violencia y perpetuando desigualdades.
Las campañas de sensibilización, tanto a la opinión pública, como a los gobiernos, resultan oportunas para que éstos ejecuten acciones concretas, con el fin de promover y fomentar la cultura de la no violencia y el fortalecimiento y la aplicación justa de las leyes.
El rechazo a cualquier forma de violencia contra la mujer promueve un mundo equitativo en igualdad y justicia para que cada una pueda vivir sin miedo, con plena autonomía sobre su cuerpo y su vida.