Las desapariciones de menores de edad aumentaron un 88% entre 2023 y 2024, marcando un alarmante incremento en medio del conflicto interno que vive el país. Actualmente, 868 menores continúan desaparecidos, de los cuales más del 70% son mujeres, según una investigación de la periodista Alina Manrique Cedeño. El estudio revela que el crimen organizado está detrás de muchos de estos casos, reclutando forzosamente a niños y adolescentes como mensajeros, “mulas” o incluso sicarios. La edad más común de desaparición es 15 años, con provincias como Sucumbíos y Esmeraldas como zonas críticas.
Además, organizaciones de derechos humanos denuncian la posible participación de miembros de la fuerza pública en algunas desapariciones, y cuestionan la eficacia del Estado, que ha archivado más de 14.000 denuncias en la última década sin investigación. La situación refleja una crisis estructural donde la deserción escolar, desplazamiento forzado y violencia se entrelazan con la falta de respuesta estatal, dejando a cientos de familias sin respuestas y a una generación en riesgo de ser olvidada.