La catástrofe económica y sanitaria y que azota al país ha dejado sin dólares a la caja fiscal, que desesperadamente busca dilatar el pago de sus obligaciones y la incierta respuesta de los organismos acreedores, pone en peligro la dolarización, la páz y la democracia, y nos puede aproximar a una grave convulsión social, sin retorno. Frente a la caástrofe, por excepción y subsidiariamente debe concurrir el sector privado en socorro de la sociedad ecuatoriana excluida, debe susbsisitir la población que no tiene ingresos, desempleados y pauperizados, así como también a los que, por efectos del aislamiento, se consumieron sus recursos y ahorros en alimentación y medicinas.
Es la hora de que el sector privado contribuya con solidaridad veraz a la solución de la crisis y meterse las manos a los bolsillos, pues ell sector público ya no tiene fórmulas de ingresos, corresponde que los más fuertes ayuden a los más débiiles. Todos conocemos que la inequidad social concentra la riqueza del país en un tres por ciento de la población que es adinerada con holgura, ellos quieren contribuir pero quizás, desconfían de las autoridades del Ejecutivo, y se abstienen.
En estas condiciones, considero de urgencia conformar una comisión de notables ciudadanos como los señores Jaime Nebot, Guillermo Lasso y Álvaro Noboa, quienes gozan de la confianza nacional para que realicen un recorrido del saco de beneficencia entre el sector privado habida cuenta de ser conocedores de quienes poseen bienes suficientes en el sector financiero, el sector empresarial y son vinculados a organismos internacionales privados. El progreso y el desarrollo económico del país ha permitido obtener recursos suficientes a un grupo del sector privado que le toca responder con generosidad. El Estado, en gratitud, reconocería el 25% del aporte privado para deducirlo como pago en sus contribuciones fiscales. Nebot, Lasso y Noboa han recidibo de la población ecuatoriana gran parte de sus estaturas, y ahora les corresponde reciprocar.(Doctor Franklin Moreno Quezada)