ARMANDO ARÉVALO HERNÁNDEZ / DOCTOR EN CIENCIAS.
Últimamente, las declaraciones del intelectual Enrique Krauze donde afirma que él es súbdito del rey de España. Él hace apología de su españolidad, debido a que en ese país hermano ha recibido varios premios y condecoraciones tanto de la nobleza como de los civiles. En cambio, aquí en México perdió canonjías y reconocimiento con el sistema político de la 4T, del que siempre se ostentó como opositor (además de perder bastante dinero también). Sus aseveraciones vienen solamente a recordarnos el artículo doceavo de nuestra carta magna, la Constitución de México, donde literalmente dice:
“En Los Estados Unidos Mexicanos no se concederán títulos de nobleza, ni prerrogativas y honores hereditarios, ni se dará efecto alguno a los otorgados por otro país”.
Nuestra República no reconoce ningún rey, ningún duque, muchos menos los premios otorgados con ánimo de sobresaltar a alguien por arriba de la dignidad humana normal, por ejemplo, la caballería, etc. otorgados por cualquier otro país. Por el simple hecho de vivir o tener la nacionalidad mexicana, debe uno acatar este artículo, so pena de que al contradecirlo se dé un problema de identidad y de juridicidad constitucional, ¿pues o se venera y se adora al rey como lo hace el cerebral Enrique Krause, ¿o se cumple con el artículo doceavo de nuestra carta magna?
Él, aseveró un comentario en uso de su libertad de expresión, más sin embargo se puede tomar como traición a México y se le puede pedir que renuncie a su nacionalidad mexicana, porque su veneración al rey de España, nos da a entender que se presta a traición a la patria, tal como lo está haciendo este teórico de la especulación, como especulativos han sido sus trabajos históricos y sus investigaciones que mucho han desinformado a sus lectores y fanáticos, en palabras más llanas, él no puede ser ontológicamente un intelectual de la 4T.
Se entiende su estado de ánimo, su molestia de que no hayan invitado al rey de España (a quien él adora) a la toma de protesta de Claudia Sheinbaum, mejor que nadie debe de entender que la negativa de los reyes de no querer pedir disculpas históricas a los pueblos indígenas de México, viene a reafirmar que la corona española sigue siendo prepotente como lo fue en la conquista y la época virreinal, en donde los tenía como esclavos, incluso esa prepotencia se demostró cuando exhibieron la cabeza del padre de nuestra patria Don Miguel Hidalgo, en una plaza pública por bastante tiempo, como escarmiento para quienes osaran protestar contra la Corona.
La monarquía española es parlamentaria, donde el rey es el jefe de Estado, pero sus acciones deben ser avaladas por el gobierno. En este tipo de monarquía, el presidente del gobierno y los ministros competentes son los responsables de los actos del rey, donde su figura tiene peso, pero no como para considerar a los países que antaño fueron sus colonias, como súbditos todavía, no hay duda que fue un gran error que la monarquía no quisiera disculparse, y peor que haya filtrado esa carta a los medios, porque al final de cuentas, ellos fueron los únicos perjudicados, reafirmando su despotismo monarcal.
El hecho de que se haya invitado a políticos españoles y no al rey a la toma de protesta de Claudia Sheinbaum, no contradice para nada las reglas de la buena política, donde vas a invitar a todo aquel que sea merecedor de serlo y el que no lo sea pues no lo invitas, si le duele a Enrique Krauze y a muchos que se consideran más españoles que mexicanos, pues hay que darles un pañuelo o unas toallitas para que se limpien las lágrimas e invitarlos a que renuncien a su mexicanidad para hacerse españoles, si tanto les duele. Creo que eso de la doble nacionalidad no debe ser, o eres o no eres mexicano.
La aristocracia y la nobleza, hace mucho que dejó de existir en nuestro país, si bien, han existido políticos que se han querido ostentar con los hechos (no de palabas) como nuevos nobles (incluso hay una película mexicana titulada nosotros los nobles), ya está bien comprobado que nuestra sistema federalista los viene a ubicar en la realidad. Aquí somos una república federalista, popular y representativa, donde la igualdad, la fraternidad y libertad son los principales ideales a perseguir. No hay duda, habrá ricos de antaño, nuevos ricos y aspirantes a ricos o aspiracionistas, pero no son ni serán aristócratas ni nobles, sino ciudadanos mexicanos igual que cualquier otro ciudadano, sin importar que tan cuantiosas sea sus fortunas
La 4T le dio un jaque mate al rey de España, así como a la nobles de ese país, con no invitarlos a este evento nacional que es alegría de muchos y amargura de pocos, pero así son las repúblicas representativas, donde es el pueblo el que escoge. Ojala esto sirva a la monarquía española para que entiendan que ya no es tiempo de prepotencias, ya no estamos en la época medieval, sino en plena edad moderna, nada menos que el siglo XXI, donde la IA, las computadoras cuánticas, la robótica y los nuevos descubrimientos sobre el cosmos con un telescopio ultramodernísimo como lo es el James Webb, no dejan lugar a dudas de que la humanidad también debe evolucionar ya no se diga las monarquías. ¿Qué opinas querido lector?
Comentarios
excelente artículo.