Si pensamos en la Filosofía como la madre de las ciencias, entonces ni puede ni debe desvincularse con la historia, la filosofía obliga a reconocer el contexto histórico, para comprender el pensamiento de una época y la gestación de hechos y a partir de esto intentar responder el problema que entraña la vida y las practicas sociales, haciendo a un lado los mitos que explican los sucesos y esa tradición que transforma la verdad en sabiduría y la edifica como única verdad trasmisible, sin utilizar la razón; por ello, la filosofía de la historia estudia la teleología, epistemología, metafísica de la historia, y desde luego la historiografía, comprendiendo que nada se puede suponer perdido y que todo es parte de la historia, desde luego humana, cuyos instantes vividos están “à l’ordre du jour”, o sea, están en discusión dada su importancia, no asociándose al pensar de Friedrich Nietzsche en cuanto el poder, la autoridad, sin embargo, es posible retomar el rol del individuo y su relación con las estructuras sociales y los valores en tanto los personaliza y trasciende lo establecido, pues nada de lo acontecido se ha de dar perdido para la historia y siempre le incumbe a la humanidad conocer, investigar y razonar acerca de su pasado, en todos y cada uno de sus momentos (Walter Benjamín). Valga recordar a Franz Kafka, “Cualquiera que no puede enfrentarse a la vida, mientras aliente necesitará de una mano que desvíe un tanto su desesperación sobre su destino… pero con la otra mano puede apuntar a lo que ve entre las ruinas” (19/10/1921, Diario), y “Como quien se mantiene a flote en un naufragio, al trepar al extremo superior de un mástil que ya zozobra y desde allí tiene una oportunidad de dar la alarma que conduzca a su rescate” (Benjamín Walter. Carta a Gerhard Scholem, 17/04/1931).
Ahora bien, si vamos a la Filosofía de la historia, esta nos obliga a estudiar qué se entiende y cómo se piensa la historia, cuestiona acerca de los criterios y fundamentos con los cuales se define el devenir de los hechos y acontecimientos históricos y partiendo del cuestionamiento: ¿Qué es la historia, se puede definir filosóficamente? La Historia, del griego “ἱστορία” significa investigación, es lo que se conoce indagando en el pasado, por lo mismo se han desarrollado diversas teorías en busca de la explicación de la naturaleza de los acontecimientos en las distintas épocas. La Filosofía de la historia tiende a una comprensión totalizadora de la historia, vinculando los acontecimientos, esta cuestión ha preocupado desde siglos muy atrás, preguntando cómo podemos conocer los acontecimientos del pasado y cómo influyen estos en el presente y el futuro; Heródoto es considerado Padre de la historia, pero Tucídides elimina lo mítico o heroico en Heródoto, perfeccionando la técnica que éste había desarrollado, para ello elaboró un método científico, destacando la finalidad con la cual se deben narrar los hechos, y además su objetivo pedagógico, analizó con un “criterio de verdad” la fuentes históricas, lo cual entraña una Filosofía de la historia, que en el siglo XIX, se la incorpora como disciplina académica y se da un paso en la explicación de la historia, mediante sus interminables preguntas, que continúan hasta la actualidad, en todos los ámbitos de la vida en sociedad.
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