Ciudad de Buenos Aires: La Asociación de Profesores de la Orquesta Estable del Teatro Colón y la Fundación Beethoven, se unen para realizar una Gala lírica en el Teatro Coliseo. Para despedir el 2021 y renovar el encuentro con el público, ofrecerán dos funciones los días 20 y 21 de diciembre a las 20:30.
Dirigidos por el maestro Stefan Lano, y junto a los destacados solistas Carla Filipcic Holm, Gustavo López Manzitti, Adriana Mastróngelo, Hernán Iturralde y Leonardo
Estévez presentarán fragmentos de la ópera Tristán e lsolda de Richard Wagner.
La Asociación de Profesores de la Orquesta Estable del Teatro Colón propone así este reencuentro con el público, ofreciendo un concierto extraordinario con música
de Richard Wagner, y la posibilidad de escuchar en vivo a un seleccionado grupo de los mejores cantantes líricos argentinos de la actualidad de proyección
internacional, brindando también, la oportunidad del retorno a Buenos Aires del Maestro Stefan Lano, Director suizo de extensa y exitosa relación con la Orquesta.
Estable, admirado y querido por el público argentino.
Sobre Tristán e Isolda
Tristán e lsolda de Richard Wagner es una de esas obras que funcionan como Ilaves para abrir una nueva era. Si L’Orfeo de Monteverdi en 1617, por ejemplo, es la pieza clave para darle vida al género operístico y las sinfonías de Beethoven son una nueva manera de encarar el género sinfónico, Tristán e Isolda abre un nuevo universo sonoro no sólo en el ámbito operístico sino también en todos los géneros musicales. Es, como dice Carl Dahlhaus, “una fuente primordial en la historia de la música moderna”.
Para el libreto de su drama musical, Wagner tomó como base el poema medieval de Gottfried von Strassburg sobre la antigua leyenda celta de Tristán, eliminando todo lo anecdótico y concentrando al máximo las acciones en tres momentos climáticos, uno por acto: la confesión de amor en el mismo momento en que lsolda tiene que ser dada en matrimonio al rey Marke, el descubrimiento de los amantes por la comitiva real a partir de la traición de Melot y, finalmente, la muerte y la transfiguración de los protagonistas. Una constante que atraviesa estos tres momentos es la búsqueda de la muerte como la única manera de poder sobrevivir a su historia y que sólo se dará en el último momento.
Lo novedoso de la música compuesta por Wagner es la subversión de la armonía, la melodía y el ritmo clásicos a través de la utilización de procesos abiertos y desplegados, propios de la ideología del Romanticismo. Sin abandonar la tonalidad, pero llegando a su límite, Wagner emplea una armonía altamente cromática, con suspensiones y disonancias no resueltas dentro de los cánones tradicionales.
El corazón de Tristán e Isolda se encuentra en el centro del segundo acto, ese amplio dúo de amor entre los protagonistas que atraviesa diferentes etapas. La primera parte representa el éxtasis del reencuentro en un diálogo rápido al que le sigue una segunda parte más lenta con carácter de nocturno -el “himno de la noche” en donde las voces se superponen y entrelazan sobre un acompañamiento uniforme- y que concluye con la expansiva llamada de alerta de Branganía. En la última parte, sumamente expresiva y con un acompañamiento orquestal cambiante, los amantes declaran su deseo de morir, llegando al clímax con un motivo musical asociado con la “muerte de amor. Antecede a esta escena, un diálogo de suma expectación entre Isolda y Branganía, con la acosadora sonoridad de un grupo de cornos en escena que representan la salida del séquito del Rey Marke que se va de cacería. Luego del dúo y la entrada intempestiva de ese séquito, está el dolido monólogo del Rey con un solo de clarinete bajo, la respuesta de Tristán y el breve combate con Nelot que cierra el acto. Desde su estreno en 1865 en el Teatro Real de Munich, la obra continúa suscitando diferentes interpretaciones, desde relatos biográficos de su gestación, análisis musicales de su forma y contenido, e interpretaciones sociológicas, psicológicas y filosóficas. Sin embargo, el aspecto dramático-musical es lo que más llama la atención y conmueve. Por eso, asistir a su representación se convierte en una experiencia única con un universo sonoro subyugante.