Por Lic. Alma Diana Velasco González / Colaborador de PRENSAMÉRICA BAJA CALIFORNIA
Federalismo fiscal: la descentralización fiscal incompleta en México
Determinar o analizar el nivel de descentralización de los Estados, así como su alcance de éxito o eficacia ha sido un trabajo exhaustivo para los teóricos conocedores de este tema, sin embargo los doctrinarios han emitido una serie de situaciones o condiciones a considerar para lograr llegar a una determinación del nivel de descentralización fiscal, las investigaciones han señalado lo siguiente,
Así mismo el federalismo fiscal sin un buen modelo desarrollado ad hoc a las necesidades de la nación y sin controles efectivos sobre los recursos públicos, se encuentra con múltiples problemáticas que se ven más acentuados en los países en vías de desarrollo, entre las problemáticas se encuentran la múltiple tributación, la dependencia financiera, ausencia de libertad para la aplicación de recursos, desvió de recursos, sobreendeudamiento y falta de viabilidad financiera de los gobiernos subnacionales que recargan financieramente en el gobierno nacional y que en casos de turbulencia o crisis económica, sufrirán grandes estragos., así que el problema de los estados federales es la definición de un pacto fiscal que determine claramente las competencias tributarias y responsabilidades así como mecanismos de rendición de cuentas participativos y efectivos
En el caso de México dado que es un país catalogado como en vías desarrollo, así como por múltiples condiciones más, se puede determinar que es un estado federal con un nivel de descentralización no rotundamente fallido por que han existido intentos para lograrla pero si se llega a conjeturar que este proceso ha sido incompleto y con muchas fallas, por lo que vale la pena analizar el costo-beneficio de mantener la organización descentralizada ya que se muestran resultados incongruentes, si México evolucionó hacia una forma de gobierno descentralizada, el gobierno federal mantuvo los impuestos de mayor importante como IVA e ISR,
Para comprender este hecho es importante analizar el contexto histórico; A partir de la década de los 80s en un ambiente descentralizador en toda América Latina, en México en materia fiscal lo marca la reforma de ese año que implicó que el gobierno federal se encargaría de recaudar los impuestos de base amplia, esto significo que los estados cedieran su función recaudatoria, el beneficio fue mayores ingresos para las entidades federativas, que si bien significó periodo de “abundancia” durante la bonanza petrolera, a largo plazo ha resultado en la dependencia económica de los estados hacia el gobierno federal debido a la concentración de recursos tributarios de este último.
Con la nueva reforma de los 90’s generó una mayor claridad en las fórmulas de asignación de recursos, así como la descentralización de la educación y salud aunque han sido parciales y de resultados variables, el aspecto fallido de la reforma original y posteriores era que se pretendía que los estados aportaran mayores ingresos para lograr una autonomía lo cual no se ha hecho una realidad hasta la fecha, todo este proceso descrito a muy grandes rasgos es un sistema fuertemente centralizado en el gobierno federal en lo referente a recaudación y, por el lado del gasto, con un grado importante de descentralización a los gobiernos subnacionales. Es decir, existe lo que se le ha dado en llamar un muy marcado desequilibrio vertical entre los ámbitos estatal y federal de gobierno el éxito o fracaso de la descentralización fiscal en los países en vías de desarrollo está en la que incorporan mecanismos de control que promueven la responsabilidad fiscal y la rendición de cuentas obligando a los gobiernos subnacionales a afrontar las consecuencias financieras de sus acciones.
El modelo federal si bien no se ha demostrado por completo que tiende más a la corrupción que los demás modelos de estado ya que teóricamente debe tender a un funcionamiento sistemático más democrático pues existen múltiples centros de toma de decisiones; la falta de instituciones de fiscalización eficaces y de control fuerte son un síntoma de la falta de una cultura federal, esto particularmente desarrollado en América Latina ya que para que el federalismo se torne realmente una forma de estado eficaz no solo basta de actores institucionales sino también de un pueblo activo, dinámico, es decir una fuerte cultura de autogobierno desde el ámbito local, todo esto es lo que no se tuvo al momento de emanciparse del coloniaje y elegir al federalismo como forma de estado a diferencia de EE.UU.
Uno de los desafíos que enfrenta los estados-nación es la agudización e interrelación de los problemas económicos, de seguridad, salud, educación y ambientales, es ahí donde el Estado federal entra en un desequilibrio pues si bien la descentralización en el que se transfieren facultades del gobierno federal a los otros niveles de gobierno en el cual se delimitan tareas y “los problemas que cada quien tiene que atender” sin que otro gobierno intervenga sin embargo existen ámbitos de interdependencia por ejemplo el social donde es por demás necesaria una articulación de la diversas partes que integran el sistema federal no sólo al interior de un mismo gobierno, sino con otros gobiernos implicados geográfica y jurisdiccionalmente, entonces es ahí donde está la paradoja entre si una mayor autonomía local es lo mejor para resolver los problemas pese a las limitaciones que los gobiernos locales puedan tener, son varios problemas que enfrenta el federalismo mexicano es el rezago que enfrentan los municipios, ya que la mayoría de personas y recursos se concentran en las capitales estatales, además de la concentración de recaudación en el gobierno federal y su mayor desproporción del gasto de los estados y municipios, cuando lo recomendable para una federación es el sistema competitivo, es decir los estados y municipios ocupan fortalecer la autoafirmación, la autogestión y la auto organización pero sin dejar de lado los principios de subsidiariedad, participación y cooperación, existe también reclamo de la autonomía regional de los grupos indígenas y la desigualdad existente en el país, la falta de mecanismos eficaces para la transparencia , la fiscalización y la estructuración de un mejor sistema fiscal que busque la autonomía estatal y municipal con un sistema recaudatorio y tributario propio.
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