Atrasos, tensiones, ausencias y un discurso apasionado, así fue el acto de posesión de Daniel Noboa el 24 de Mayo
La bancada correísta no asistió al acto de posesión, pero sus puestos fueron llenados por otros invitados. El presidente Noboa ofreció un discurso más largo y apasionado de lo habitual.
Una jornada democrática en la que se rompieron algunas costumbres y formalismos. Daniel Noboa juró este 24 de Mayo como presidente de la República para un nuevo período, sin levantar su mano derecha ni poner la izquierda sobre un ejemplar de la Constitución.
La posesión de Noboa y la vicepresidenta María José Pinto en la Asamblea Nacional dejó varios momentos que no fueron registrados en la transmisión oficial, pero que quedarán en la mente de algunos presentes.
Uno de los aspectos que llamó la atención fue lo tarde que inició el acto de posesión, previsto para las 11:00. Por lo general, esos tiempos solían considerarse 'sagrados'.
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Sin embargo, Noboa llegó a la Asamblea a las 11:22 y, hasta que ingrese con los honores de ley, sea recibido por el presidente Niels Olsen y proceda con el saludo a la bandera, pasaron 10 minutos más.
No todo fue responsabilidad del presidente Noboa. El acto en sí registro retrasos. A las 10:55 debía ingresar la vicepresidenta Pinto, pero a en ese momento era recibida con honores la presidenta de Perú, Dina Boluarte.
El gran beneficiado de esta demora fue Gustavo Petro, presidente de Colombia, que al igual que en 2023 en la primera posesión de Noboa, a la que llegó tarde con 40 minutos, esta vez volvió a repetir la impuntualidad, pero solo con 10 minutos de retraso.
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Hubo un momento tenso cuando Petro se acerco a Boluarte con toda la intensión de saludarla, pero la mandataria peruana permaneció inmóvil, con sus manos entrelazadas, por lo que el presidente de solo Colombia atino a tomarla brevemente del codo.
El juramento
El evento de este 24 de mayo fue de corta duración con relación a anteriores posesiones. Aunque la Orquesta Sinfónica repasó un número musical el jueves 22 de mayo, al final no participó de la posesión de este sábado.
Olsen, por su lado, centró su discurso en el trabajo paralelo y complementario que habrá entre el Ejecutivo y el Legislativo, y sacó unas lágrimas a María José Pinto cuando habló de su trabajo contra la desnutrición infantil.
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Carmen Tiupul, que es la segunda vicepresidenta de la Asamblea y pertenece a Pachakutik, tuvo que acudir al rescate de la vicepresidenta Pinto entregándole una servilleta para que seque sus lágrimas.
De ahí se produjo el juramento. Primero fue de Noboa quien pronunció el "sí, juro", pero sin levantar la mano derecha, como dicta la tradición, y tampoco posó su mano izquierda en la Constitución, como se acostumbra.
Ese ritual sí cumplió a cabalidad la vicepresidenta María José Pinto que, aún emocionada por el discurso de Olsen, levantó su brazo y puso la mano sobre un libro que pudo ser la Carta Magna o una biblia.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, llegó a la posesión de Daniel Noboa. Fue recibido por el presidente de la Asamblea, Niels Olsen.
Ausencias y un discurso acalorado
Entre los primeros en llegar a la Asamblea este 24 de Mayo fueron los asambleístas del movimiento oficialista Acción Democrática Nacional (ADN) como Jorge Chamba y José Cevallos.
A ellos se unieron algunos independientes como Pablo Jurado y también llegó Alfredo Serrano del Partido Social Cristiano (PSC), pese a la postura crítica que ha adoptado por el manejo del bloque gobiernista en el arranque del periodo legislativo.
Los grandes ausentes fueron los 65 asambleístas de la bancada de la Revolución Ciudadana (RC) que insisten en no reconocer la elección de Noboa, aunque hasta el jueves pasado algunos no descartaban que podrían asistirían, especialmente los pertenecientes al movimiento Reto.
Tampoco estuvieron presentes autoridades de gobiernos locales como Paola Pabón, prefecta de Pichincha, o Marcela Aguiñaga, que comanda la provincia del Guayas como prefecta.
Ante los presentes, Noboa rompió otro hito que se estaba convirtiendo en una marca de su gobierno: habló algo más de 21 minutos, lo que superó en tiempo, por mucho, a otros discursos. De hecho, en su primera posesión, en noviembre de 2023, su alocución duró escasos 8 minutos.
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Más sorprende fue la última parte de su discurso en donde levantó la voz y lanzó una suerte de arenga con una pasión poco conocida en Noboa.
"El futuro es nuestro, tengamos el coraje para creer en nuestro país y empujarlo hacia adelante, reclamemos con valentía lo que no pertenece, es momento de dejar atrás el miedo, la indiferencia y el conformismo. Este es el tiempo de actuar y de construir y unirnos con propósito. La historia del Ecuador no se va a escribir por sí sola. La escribimos nosotros", dijo.
Esto provocó los gritos y la algarabía de sus simpatizantes que, para entonces, había copado todos los espacios que el correísmo decidió dejar vacíos Primicias
