Esto debe terminar ahora. El Monstruo es la mala denominación o imposición popular en Chile que se le da al público que asiste al Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar (Chile). Haciendo un poco de historia, la primera vez que el público fue llamado de esa forma, fue en el año 1968. En aquel entonces con sólo 18 años, una niña Gloria Simonetti se presentaba en la competencia folclórica del Festival de Viña del Mar. Las pifias fueron feroces (con una niña). Los abucheos y pifias rebotaban en el aire, tanto así, que la joven concursante de aquel entonces no tuvo otra opción que abandonar el escenario.
El Festival de Viña del Mar, en vez de destacar por ser el escenario más importante de Chile o Latinoamérica, hoy día destaca por su intolerancia en contra de la actriz y humorista Javiera Contador. Históricamente la mayoría de los artistas abucheados por el Monstruo o mejor dicho gente intolerante, violenta y mal educada, han sido humoristas, en algunos casos tanto por su falta de gracia como por el infortunio de subir al escenario justo entre las presentaciones de cantantes o grupos musicales influyentes o por el mal manejo de los animadores de turno. ¿Hemos normalizado la violencia en el tiempo?
En el ámbito de la Psicología, los niños no pueden concebir la complejidad del mundo, ya como adultos nos cuesta aceptarnos a nosotros mismos y nuestras historias personales. En los niños y adolescentes la idea de que en nuestro interior existen fuerzas destructivas es demasiado amenazadora y por ese motivo se les da vida o se crea el imaginario de los supuestos Monstruos en los cuentos infantiles. A través de los monstruos, se puede proyectar la maldad fuera de sí y manejarla. Los niños necesitan estereotipos claros en forma de personajes: el gordo, el flaco, el bonito, el malo que conecten con los aspectos positivos o negativos que todos, alguna vez, sentimos y aceptados por la sociedad. Una sociedad que evita los aspectos negativos, generando un rechazo y un sentimiento de culpa en los niños por su no aceptación e integración en la realidad de los niños.
¿Las pifias del Monstruo de Viña del Mar son un desagrado en contra del artista o un mal manejo personal de las emociones personales en una sociedad donde no se trabaja la salud mental?
Nuestros monstruos más temidos son nuestras propias debilidades reflejados en otros. Así nace este Monstruo de Viña del Mar, una manera por medio de pifias proyectar mis propios miedos y frustraciones en el otro, en el más débil que en las sombras de la multitud me da espacio para descargar toda mi intolerancia. Los monstruos son una manera de dar forma a esa ansiedad a través de símbolos que hemos normalizado ¿Los monstruos somos nosotros mismos? ¿Que el espectáculo no sea de mi agrado, me da la facultad de abuchear y pifiar al artista del escenario que esta realizando un trabajo?
Es peligroso que nuestra cultura, prensa y TV, normalice esta situación guardando silencio o justificando a través de los comentarios “se le está pagando bastante”. “Ella sabe a lo que va”. Estos dichos pueden dar paso en un futuro a que las personas piensen que por pagar una entrada tienen derecho a romper un cuadro en una galería de arte si es que dichas obras no son de mi agrado ¿No es lo mismo que sucedió en la Quinta Vergara? Hemos normalizado el maltrato a tales niveles que incluso se llega a considerar que violentar con insultos y pifias a una mujer sola en el escenario es válido o incluso gracioso.
¿Cómo hemos llegado a esto? La respuesta es simple, somos una generación que crecimos en dictadura. La cual transmitieron un modelo de conducta basado en las relaciones de poder mediante la fuerza. Por medio de la prensa y la TV nos hicieron creer que esta era la forma correcta de relaciones sociales. ¿Por qué hay personas que ante estas situaciones no intervienen? Porque Chile es una sociedad violenta en muchas materias como en salud, educacion y vivienda, entre otros.
Somos víctimas de una sociedad violenta y se vio reflejado en donde 15.000 personas vs una comediante, los animadores en silencio y la prensa criticando el espectáculo, pero no la violencia colectiva en contra una sola mujer. Somos una generación que nos han enseñado desde pequeños que no podemos cuestionar la figura de ninguna autoridad, y que el fuerte debe imponerse al débil, esencia del capitalismo económico. Nos han enseñado a no reaccionar ante las injusticias, a no meternos, a no molestar, a quedar bien con los adultos por encima de todo, a que esto se trata de sálvese quien pueda basado en el egoísmo, sin tener en cuenta las necesidades de tu misma comunidad. Incluso, tristemente antiguamente se justificaban en situaciones de abuso sexual era culpa de las mujeres por la vestimenta provocativa que usaban, conocidas por adultos del entorno, que no hacen nada sólo por no señalar a otro adulto.
Hoy debemos hacer un alto y no permitir nunca más una situación así. Una cosa es una rutina artística Fome. Pero nada justifica esa violencia colectiva en contra una persona que está mostrando un trabajo. Basta la cultura del abuso, Los tiempos han cambiado. Ya no es aceptado, el Bullying de Don Francisco a los participantes de su programa de TV quienes no le decían nada, por el hecho de que podían recibir un premio considerable para dicha época. Basta, nunca más debemos naturalizar la humillación. Nos creemos un país desarrollado “Los Ingleses o los jaguares de Latinoamérica. Quizás mucha de las personas que ese día pifiaban a la comediante Javiera Contador, se consideren muy educados y cultos por escuchar música docta como Andrea Bocelli. Los trajes de Etiquetas, corbatas tipo humitas y hermosas camisas con colleras se vieron empañados solo una hora después insultando y generando una violencia hacia una mujer sola en el escenario. Ese día fuimos todos culpables gracias al silencio cómplice. Esto debe parar ahora. Es abuso reírse del débil o del indefenso, es cobarde aprovecharse de insultar en público escondidos en la multitud. Debemos educar a las nuevas generaciones de lo contrario retrocederemos como sociedad.
Hoy ganamos gaviota en la intolerancia y violencia. Si el espectáculo de Javiera Contador fue bueno o malo. No debiese ser el punto de discusión. No es muy difícil se civilizados. Si no me gusta el espectáculo, simplemente no me rio, pero no puedo atacar con pifias, tomates, etc. lo que no me gusta o lo que es diferente a mi pensar.
El Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar y Chile le debe una disculpa hoy a la actriz, presentadora de televisión, locutora de radio, humorista y productora Javiera Contador y a todos los Humoristas y cantantes humillados y violentados durante toda la historia de este certamen.
“Los monstruos y los fantasmas son reales, viven dentro de nosotros y, a veces, ellos ganan.” Stephen King.
Del autor: Miguel Ángel Rojas Pizarro, Papá. Psicólogo Clínico y Educacional, Profesor de Historia y Cs. Políticas, Post Título en Orientación Vocacional, con estudios de Doctorado y Magíster en Educación y Convivencia Escolar. Bombero, Académico de la Escuela de Psicología de la Universidad de Aysen y Libre Pensador.
Columnista en Diario El Trabajo (San Felipe) y Tehuelche Noticias (Región de Aysén). Editor y columnista Prensamérica Chile. Ha escrito variados artículos en relación con la Psicología Educacional. Autor de los libros “Voyager 1, Viaje al Corazón” Guía Práctica para Trabajar el Autoestima” y “Desperté, Crónicas de la Revolución de octubre 2019”. Con más de 15 años de experiencia en el ámbito educacional donde ha ejercido diversas funciones docentes y directivas.