El miedo se volvió realidad en plena luz del día. Una joven mujer, que solo se dirigía a su destino en un bus de la línea 49, fue brutalmente asesinada esta mañana en el sector Paraíso de la Flor, en el noroeste de Guayaquil, cuando una banda de extorsionadores desató una lluvia de balas contra el vehículo lleno de pasajeros. Los criminales, a bordo de una tricimoto, atacaron sin piedad, disparando directo al parabrisas y las ventanas. Aunque todo apunta a que el blanco era el chofer del bus, los proyectiles alcanzaron a la joven pasajera, quien murió en el acto, dejando escenas de horror entre los presentes.
Según la Policía, el ataque es parte de una cadena de intimidaciones salvajes a los transportistas que se niegan a pagar las infames “vacunas”, el cobro de dinero que las mafias exigen a diario para “dejar trabajar”. El hecho se registró en el bloque 7 de Paraíso de la Flor, parte del tristemente célebre distrito Nueva Prosperina, el más sangriento de toda la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón). En lo que va del año, esa zona ha acumulado 293 asesinatos, mientras que en toda la Zona 8 se contabilizan ya 1.204 muertes violentas, cifras que estremecen.
¡Y la violencia no se detiene! Ecuador sigue sumido en un conflicto armado interno, declarado en 2024 por el presidente Daniel Noboa, quien prometió guerra a las bandas criminales. Pero los asesinatos siguen. Las balas no paran. Los ciudadanos, mientras tanto, viven con miedo, entre "vacunas", extorsión y la amenaza de ser la próxima víctima. Este horrendo crimen deja una pregunta urgente en el aire: ¿hasta cuándo tendremos que morir para que alguien ponga orden?