El acceso a través de Internet ha generado problemas, en especial en las zonas urbano marginales y rurales. El 8 de junio, la ministra de Educación, Monserrat Creamer, señaló que esta es solo la primera fase y que ya se analiza una segunda etapa de “retorno progresivo” a las aulas, con estrictas medidas de bioseguridad y distanciamiento.
Aún no hay fechas definidas ni para la Costa, ni para la Sierra. Pero la subsecretaria de Educación de la zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), Alexandra Higgins, adelantó que entre 15 días y un mes se hará una evaluación para establecer un cronograma, bajo la modalidad semipresencial. “Cuando se retomen las clases no va a ser como antes. Si en un salón hay 40 alumnos, un día irán 20 en un horario y en otro día, los otros 20. La idea es dejar el espacio suficiente entre las bancas y que no haya aglomeraciones”, dijo durante un enlace de Facebook.
Algunos planteles particulares vienen analizando opciones y protocolos de regreso a las aulas desde mayo. En la Unidad Educativa Lemas, en el norte de Guayaquil, los salones están vacíos. Los cerca de 1 500 alumnos siguen en clases virtuales,pero ya ensayan la separación y reducción de las bancas por cada grado. “Partimos de experiencias como la de Alemania, que aplica un plan de retorno de manera racional y con protección; Uruguay comenzó la semana pasada.
Si se confirma el regreso, Calderon que es director de esta unidad educativa, detalla que cada salón se dividirá en dos grupos, que acudirán de manera alternada hasta completar 10 días al mes, comenzando con cuatro horas y media al día. “No solo es posible volver, es necesario, porque hay otra pandemia de la cual debemos estar prevenidos y es el tema emocional en los niños, afectados por el aislamiento”, agrega el directivo, quien además recuerda que en Guayaquil los casos covid-19 siguen cayendo.