PRENSAMÉRICA ECUADOR - CGN Noticias.- Dí esto y saltan los politiqueros que justifican que el pobre tiene que salir, porque se muere de hambre, que su situación no es la misma que la del rico y bla bla bla .
Lean:
Métase a su casa,¡está arriesgando su vida! ¡Agradezca estar todavía viva y que haya comida! Por favor, con lo que tiene este rato, compre lo que le alcance de arroz, lenteja y vaya enciérrese en su casa. Racione bien lo que compró, para que le dure largo (la mitad o menos de lo que comería normalmente) y no vuelva a salir hasta que eso se le acabe. ¡Olvídese de los lujos, estamos en guerra!
Las colas, jugos y verduras, afeitarse y el shampoo en este momento son lujos. Deberíamos estar en 'Modo de Supervivencia', peor que estudiante universitario a fin de mes, arroz con arroz. Si luego de que esto pase, perdiste 8 libras y tienes anemia, vas a estar agradecido contigo mismo, de haberte quedado encerrado y pasando hambre porque vas a estar vivo. Si se te acabó la fruta, no más jugos, si se te acaban los fideos, no más fideos, y si se te acabó la sal, pues comes sin sal hasta que tengas que dividir un pedazo de panela para toda la familia como almuerzo; o sea, cuando se te acabe toda la comida. Exacto, sólo sales a comprar más cuando en realidad te vas a morir de hambre.
De 1939 a 1945 los europeos que no estaban en la línea de fuego no andaban quejándose del precio del brócoli y el jamón en los mercados, estaban encerrados entre 30 o más en un sótano en pleno verano a 36ºC o en invierno a -15ºC haciendo sus necesidades en una esquina y comiendo una cucharada de harina vieja al día por varios días seguidos mientras bombardeaban su ciudad rogando para no morir. Una covacha en cualquier lugar del Ecuador es un palacio comparado con eso. Un tomate o un vaso de leche eran un lujo impensable. Instantes antes de esconderse no sabían ni que habría una guerra y cuando bajaron no sabían cuando iban a salir. Pero al terminar la guerra estaban vivos, flacos, sucios, desnutridos, tristes, traumados, pero vivos. Volvieron a probar una carne meses después de terminada la guerra, una lechuga meses después de primero haber reconstruido la ciudad, y de haber sembrado y cosechado la lechuga. Así se sobrevive una guerra.
Escribo esto para todos, sin importar situación económica. La cuarentena no es vivir, es sobrevivir. Esto no significa solo seguir con sus vidas y hábitos normales, pero sin ir al trabajo o trabajando y estudiando desde la casa, ni estar felices, ni “comer lo que me gusta, pero solo por delivery”, ni “hoy pollo y mañana res”, tampoco ir al mercado cada tres días o al supermercado cada dos semanas. Esta es una emergencia sanitaria mundial y no sabemos cuánto durará, hay estimaciones y predicciones, pero nadie sabe cuanto tiempo tendremos que estar así, lo seguro es que mientras mejor actuemos, más pronto terminará. Estamos en guerra contra un virus invisible que está afuera queriendo entrar a nuestras casas y para ganarle no debemos permitirle la entrada cueste lo que cueste.
ESTO ES UNA GUERRA, LOS SOLDADOS SOMOS NOSOTROS, LAS TRINCHERAS SON NUESTRAS CASAS Y NUESTRA ÚNICA ARMA ES NUESTRA VOLUNTAD.
Sé bien que los verdaderos guerreros son los médicos, policías, militares y trabajadores que están afuera por y para nosotros. También sé que hay gente sin casa o que trabaja y vive del día a día, diabéticos y enfermos que necesitan medicinas diariamente, recién nacidos, etc. ¿Pero ese no es tu caso cierto? así que tú, deja de quejarte y ¡Por tu vida y la de tu familia, sin excusas, quédate en tu casa!