El fantasma de los apagones se cierne nuevamente sobre la población ecuatoriana, debido a la negligencia del gobierno de Daniel Noboa al no adoptar medidas para resolver la crisis energética que golpeó al país en el año 2024. Todas las ofertas de instalación de centrales hidroeléctricas o termoeléctricas que el gobierno anunció iban a funcionar desde este año, no se encuentran en funcionamiento. Pero, incluso con la puesta en marcha de estos proyectos, las previsiones indican que existirá un déficit de más o menos 700 MW por el consumo de energía eléctrica en el país.
La situación de las hidroeléctricas no ha cambiado desde el año anterior, por falta de interés gubernamental en su mantenimiento, como sucede en Coca Codo Sinclair que, a pesar de generar 1500 MW por sí sola, depende del río para generar energía. Las hidroeléctricas Mazar, Paute - Molino y Sopladora, que generan 1.757 megavatios, bajarían su producción durante el estiaje por la disminución de agua en los embalses del río Paute. El complejo Toachi Pilatón, entregado en abril, generará otros 254,4 MW, aunque todavía no existen problemas de producción. Sumadas todas ellas, todavía hay un déficit energético que debería cubrirse con las termoeléctricas y las barcazas contratadas el año anterior.
En este último aspecto, Noboa afirmó que las acciones emprendidas por su gobierno ya solucionaban la crisis energética, pero no es cierto. De hecho, las acciones son tardías e insuficientes. Progen (EE.UU.) y Austral (uruguaya), cuyos contratos fueron suscritos hace nueve meses, siguen presentando retrasos y justificaciones para no iniciar la generación eléctrica. Lo mismo ocurre con las barcazas, contratadas a dedo el año anterior, que podrían dejar de funcionar si no se renuevan sus contratos. Por otra parte, las termoeléctricas, como Termogas Machala, dejarán de funcionar si no se cuenta con diésel y gas natural en cantidad suficiente; de este último, la producción nacional es escasa y su importación tardará varios meses.
Los proyectos de generación de energía eléctrica no están listos, lo que significa que el gobierno de Noboa ha mentido una vez más. Dijo ser capaz de resolver la crisis energética, pero ha sido negligente y no ha tomado medidas para hacerlo. En ese escenario, como en el pasado, dependemos de las lluvias para evitar los cortes de luz y, cuando inicie el estiaje, previsto para septiembre, volveremos a los terribles apagones.