Introducción
En este capítulo vamos a observar un elemento que es de alto consumo en Uruguay, que es parte de la cultura de este país y los aportes que trae su consumo a nuestra salud; hablaremos del mate.
Si bien la yerba mate y la calabaza en que se toma la infusión es de la zona y se conoce en varios países de América Latina, es en Uruguay donde hace énfasis por su mayor consumo hasta el día de hoy.
En Uruguay al mate se lo encuentra en la literatura, historia y geografía, en las plazas, convocando a reunión y a compartir; es el compañero de estudio, de paseo y de conversaciones consigo mismo como de cualquier tarea que deba realizarse.
Durante la última pandemia, surgieron cambios: el mate ya no se comparte como antes, donde de un mate toman todos, pero se sigue tomando “en rueda”, eso si, cada uno con el suyo.
Su nombre deriva de la palabra “mati”, que en quechua significa recipiente y dentro del cual se coloca la yerba. Tradicionalmente ese recipiente, se obtiene de la calabaza conocida con el nombre de “porongo”, planta utilizada hasta hoy día (lagenaria vulgaris), la que luego de cortada debe ser curada para este fin.
Se toma, sorbe, a través de una bombilla (tubo de unos 18 o 20 cm), con una boquilla en un extremo, por la cual se succiona y agujeros en el otro, que va enterrado en la profundidad de la yerba del recipiente. Puede ser de caña o metal encontrando también algunas de plástico.
En algunos países de Latinoamérica existe como bebida característica, es una infusión sobre la que la ciencia detiene su mirada periódicamente.
La deshidratación y molido de las hojas del Ilex paraguarienses, arbusto originario de América del Sur,es de donde se obtiene la yerba mate. Su uso más corriente es en infusión con agua, o leche y puede ser dulce o amargo (hoy se agregan opciones variadas, envasadas, que permiten comprarla hecha para beberla fría).
Por la migración indígena, las fronteras con Brasil y Argentina, la proximidad con Paraguay y las misiones jesuíticas llega a Uruguay para hacer a la región la heredera de su uso. Podemos decir que el mate ha venido acompañando históricamente a la sociedad de estos países, usado por gauchos e indígenas dio paso a la adopción y arraigo de esa costumbre y se ha convertido en un distintivo particular de Uruguay - observar en cualquier lugar del mundo a una persona con mate y termo da una probabilidad de casi 100 % de su nacionalidad: ¡es uruguayo!
Tan personal como quien lo bebe (su recipiente, temperatura, bombilla y proveedor de agua), es parte de la idiosincrasia de este país. Si bien su consumo también se da en Argentina, Paraguay y sur de Brasil, es en Uruguay donde existe mayor consumo per cápita de yerba mate.
Es consumido también en parte de Chile y en Bolivia, aunque es aún más llamativo que también se consuma en Siria y Libano, entrando por estos países al medio Oriente.
Como se dijo, la yerba mate es una planta natural de América del Sur que comienza siendo utilizada por los indígenas guaraníes como medicina. La utilizaban masticando sus hojas crudas, para trayectos de largo andar llevándolas colgadas de la cintura. Considerada regalo de los dioses era venerada y cuidada, constituyéndose como parte del ritual chamánico donde la inhalación era la manera de consumo. Con la llegada de los españoles y en particular de los Jesuitas, la planta pasó a ser considerada pecaminosa y prohibirse, al confirmar sus buenos efectos pasa a adoptarse, se levanta su prohibición y se convierte en producto para la comercialización.
Así llega a Europa, y se cree que su uso como infusión, es una adaptación de los colonizadores. De ahí que varios historiadores sugieran la aparición del mate –recipiente- que también es producto natural de la zona. Actualmente podemos acceder a diferentes tipos de yerba mate, mezclada con de otras yerbas, aportan efectos favorables de distinta índole a nuestra salud.
Ahora, vayamos al porqué de la insistencia de la ciencia en su estudio, y veamos que incidencias puede tener esta noble e histórica yerba en la salud.
¿Qué nos aporta el mate?
-Es un antioxidante natural:
posee gran contenido de polifenoles que se obtienen en mayor cantidad, cuando se sorbe como infusión, pues el agua caliente, saca el mayor contenido a la yerba. Esto se constituye en un aporte importante a nuestras defensas, ya que estas sustancias son importantes para prevenir y evitar el avance de enfermedades cardiovasculares, neurovegetativas, y otras como diabetes y cáncer.
Aquí nos detenemos para remarcar este efecto, pues se ha probado que reducen posibilidades de aparición de enfermedades como Alzheimer y Parkinson, porque protegen nuestro cerebro a nivel del mesencéfalo donde las neuronas producen dopamina.
Aporta energía:
Posee alto contenido de cafeína -mateína en este caso- esto lo hace altamente recomendable para nuestra atención. Por lo cual se considera un estimulante natural para distintos tipos de actividades que requieran de nuestra concentración.
Aporta vitaminas y minerales
Se ha observado también que su uso regular nos aporta minerales, aminoácidos, y vitaminas entre ellas la vitamina A y en particular las del grupo B, donde encontramos 8 de las 13 que necesita nuestro organismo para la expresión del ADN, para la renovación celular y para el correcto procesamiento de proteínas y grasas.
Asimismo, aporta Magnesio y Potasio, minerales de mucha importancia para la función cardíaca, posee función diurética y es gran regulador digestivo.
En resumen, además de los efectos fisiológicos mencionados, razón por la cual la ciencia ha detenido su mirada en él, posee un efecto particularmente sociabilizador, que le da un toque particular en cuanto a la salud emocional.
Tal vez, como reflejo de la historia debamos observar la particularidad de traernos, o mejor expresado, abstraernos a esa parte de nuestra Historia que conlleva en sus costumbres elementos intrínsecos a nuestra cultura, y en particular a la herencia que transmitimos desde la comunicación cotidiana.
Reciban desde Montevideo, Uruguay el más cordial saludo
L.E. Isabel Casco.
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