El concepto de “Salud” o “estado saludable”, ha venido variando de acuerdo al devenir de los tiempos y al conocimiento del ser humano como una unidad que integra muchas funciones que no son solamente físicas. De allí que se genera la idea de “rueda”, involucrando el dinamismo y la interconexión.
Dinamismo, por lo cambiante pues, aunque permanezcamos en estado de salud ella varía de acuerdo a nuestros cambios, tanto biológicos como estructurales o sociales, el que a su vez dependerá de la interconexión adaptada para la continuidad de ese estado, y por ende de la vida.
En este punto comenzamos a observar los componentes e iremos desarrollando en varias presentaciones, la importancia de estos aspectos con la intención de contribuir a una mejor comprensión y si es posible alcanzar la utilidad que estas expresiones puedan ofrecer para la práctica.
Entrega I
Para la Organización Mundial de la Salud la definición nos habla del equilibrio BIO-PSICO-SOCIAL (biológico, sicológico y social) donde cada uno de estos términos tienen varios componentes y alcanzar el equilibrio entre ellos implica un “orden” o equilibrio en la minuciosidad de cada uno de esos componentes y de los componentes de los componentes, y así sucesivamente para volver en ese dinamismo e interconexión del que hablamos al comienzo. Definición que se enriquece aún más cuando salimos de la generalidad de ella para adentrarnos en la particularidad de cada persona.
Entrados ya en materia, comprendemos el término biológico como aquel que se enmarca en las características propias y particulares de cada individuo. Por ejemplo, cuando hablamos de niñez, adolescencia, juventud y vejez, hacemos referencia a las características primordiales de cada uno de esos grupos. Admitiendo también que dentro de cada uno de ellos contamos con cierta variabilidad, que le es propia o individualiza a la persona. (Ejemplo de ello pueden ser la anatomía, la fisiología, factores hereditarios)
Cuando hablamos del sicológico, enmarcado en las mismas características generales, nos referimos a componentes como la personalidad, creencias, repertorio emocional, entre otros.
Y, cuando la referencia es al aspecto social seguimos con el mismo enmarque general, para hablar de interacciones personales, familiares, laborales, etc.
Vamos dejando por aquí, para encontrarnos próximamente y adentrarnos en la intrincada Rueda de nuestra Salud, dinámica e interconectada.
Saludos cordiales,
L.E. Isabel Casco.
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