La Asamblea Mundial de la Salud lo instauró en 1987 para visibilizar los efectos colaterales que acarrea el consumo de tabaco, pues se ha constituido en la principal epidemia prevenible. Encuestas relacionadas, leyes que apuntan a eliminar, limitar y/o prevenir su consumo, cambios en sus presentaciones comerciales alertando de sus efectos, aún no han sido suficientes. Por ello, en diciembre del pasado año se lanzó desde la OMS una campaña que durará un año, para ayudar a 100 millones de personas a dejar de fumar; su lema: “Comprométete a dejarlo durante la COVID-19″, al que se suma por WhatsApp el nuevo “desafío para dejarlo” y la publicación de “Más de 100 razones para dejar de fumar”.
Algunos datos llamativos sobre el consumo de tabaco y su comparación con el escenario pandémico: mientras en el mundo la aparición del covid-19 ha matado desde noviembre de 2019 más de 3.400.000 personas, las muertes por consumo de tabaco al año son 8 millones. Hay 1.300 millones de consumidores a nivel global.
Desde 2008 las resoluciones pasan por el “Convenio Marco para el control del Tabaco” (CMCT), mediante el cual se orientan los esfuerzos para desalentar el consumo desde varios abordajes separados en tres grandes áreas que van:
- desde la prohibición total de la publicidad, promoción y patrocinio de los productos de tabaco dentro de un lapso de cinco años,
-fuertes advertencias en el empaquetado,
-protección de la exposición al humo, en particular en áreas de trabajo cerradas o interiores, en el transporte y áreas de uso público y desaliento al comercio ilícito.
Pero no todo queda en advertencias hacia el tabaco y su malignidad, sino que también se ha comenzado con una fuerte advertencia por la sustitución de aquél, el cigarrillo electrónico que apareciera como un boom hacia el año 2014 entre las franjas etáreas de consumidores más jóvenes. Con base científica se realizan advertencias hacia del componente líquido de los cigarrillos electrónicos, como lo es el propilenglicol y los saborizantes, que provocan inflamación del sistema respiratorio, llevando al desarrollo de cáncer y otras enfermedades pulmonares obstructivas. (Lancet; British Medical).
Asi que pensemos buenamente, ¿vale la vida tu próximo cigarro?
L.E. Isabel Casco.
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