Entre el 14 al 20 de marzo se llevó a cabo la semana de concientización sobre el consumo de sal; el lema: “sacude el hábito”.
La sal de mesa es un tipo de sal llamada cloruro de sodio; pequeños cristales que se obtienen por evaporación o por minerales extraídos de minas. La que llega a nuestra mesa es 50 % proveniente del mar y 50% de minas.
La producción mundial es de 300 millones de toneladas al año siendo China su principal productor con 70 millones de toneladas.
Sin evadir la actual situación de pandemia, los cambios que ha traído a toda la humanidad, que se agrega a un encuadre socio cultural y económico donde los cambios vertiginosos de nuestros ritmos de vida inciden y modifican los hábitos en general, los alimentarios se convierten en un capítulo que debemos atender a la brevedad, pues de él también depende nuestra sobrevivencia.
Yendo a ellos, hemos venido incluyendo en nuestras dietas, cada vez más, alimentos muy elaborados volviéndose estos cada vez más comunes y también más asequibles.
Toda una pelea que propone desde la comprensión y la información dar herramientas que nos permitan asumir la responsabilidad del cambio en nuestros hábitos “alimenticios” en este caso, y “sacudir” los que afectan para mal nuestra salud.
Algunos fundamentos
La principal razón es que su exceso se relaciona directamente a la pérdida de nuestro estado de salud, provocando aparición de enfermedades crónicas y muertes innecesarias tanto por ataques cardíacos como por accidentes cerebrovasculares, dado que es la fuente principal de SODIO y el exceso de este provoca por distintos mecanismos, las patologías nombradas.
Su historia
Descubierta como un aliado invaluable para la conservación de alimentos y un importante potenciador de los sabores. Se ubica su origen en el S.2700 a.c., en China; también en Egipto, se verificó su uso en la conservación de momias. Fue utilizada en sacrificios y ofrendas por los hebreos, mientras los romanos la usaban para conservación de alimentos (legumbres, carnes, pescado). Da también el nombre a la forma de pago de la jornada laboral, pues era la manera de retribución de la misma, llamándole “salario”.
Sus atributos:
- contribuye con el ciclo vital de nuestro organismo, siendo indispensable para su correcto funcionamiento; a modo de ejemplo, actúa en funciones como la entrada de agua a las células, la relajación en la fisiología muscular, y la transmisión de impulsos a través de nuestro sistema nervioso.
- Para un buen equilibrio, la OMS recomienda la ingesta de 5 grs. de sal/día, como máximo. Evitando de esa forma la causa de problemas cardiovasculares, hipertensión arterial, y daños en la funcionalidad renal.
Actualmente la alimentación a nivel mundial ha decaído en calidad viéndose disminuido el consumo de frutas y verduras, y aumentado el consumo de alimentos con alto contenido de grasas trans, azúcares, grasas saturadas y sal.
Algunas políticas vienen acompañando estas necesidades de recuperar buenos hábitos de alimentación como la rotulación de los alimentos, con distintivos que indican sus características, pero nada suple la responsabilidad que tenemos sobre nosotros mismos, y sobre nuestro entorno. Al que desde este aporte se pretende colaborar.
Les saluda,
L.E. Isabel Casco
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