“DIABETES”, SI NO LA DETECTAMOS Y CONTROLAMOS NOS PUEDE MATAR SILENCIOSAMENTE..
Al menos unos 41 millones de muertes anuales a nivel mundial responden a Enfermedades No Transmisibles (ENT): patologías como las cardiovasculares, cáncer, diabetes, y respiratorias. De ellos más del 85% ocurren en países de bajos o medianos ingresos y a edades tempranas (entre 39 y 69 años). La diabetes representa 1,6 millones de esas muertes. En líneas generales, suelen asociarse a edades avanzadas, pero en realidad tal vez se deba a que ha estado presente desde temprana edad sin ser diagnosticada o lo que es peor aún, a no haber sido prevenida.
Los principales factores de riesgo lo constituyen la obesidad y el sedentarismo. La OMS estima que en 25 años la incidencia de esta enfermedad se duplicará.
En Uruguay padece diabetes un 8,2% de la población y de ellos un 20% lo desconoce. Hay, además, un 8% de individuos con gran potencialidad de padecerla.
Se sabe que no aparece sino hasta luego de los 20 años, que aumenta rápidamente hacia los 40, y que se encuentra mayormente entre los 50 y 70 años. Existe una diabetes que aparece en la pubertad cuya incidencia se ve entre los 10 y 15 años.
Antes de los 30 años no hay diferencias, pero de allí en más el número aumenta en la mujer, debido a: la incidencia de la etapa de cambios hormonales, incluidos los relacionados al embarazo, la obesidad y sedentarismo, mayor sobrevida y, en consecuencia, mayor número de mujeres a nivel general en la población. Lo opuesto ocurre cuando en zonas rurales, las condicionantes socio económicas, llevan a la mujer a realizar las mismas tareas que el hombre.
En Latinoamérica, Uruguay tiene la tasa más alta de mortalidad. En los últimos diez años se encontró entre 12 y 15 cada cien mil habitantes. La alimentación ordenada y de calidad, no es una de las virtudes uruguayas, lo que trae aparejado un nivel creciente de obesidad que se asocia rápidamente a la falta de actividad física, a los problemas cardíacos y demás.
Asumida la diabetes como "epidemia", la OPS aconseja para detenerla que se combine legislación, políticas fiscales, cambios en el medio ambiente, y sensibilización a la población. Uruguay ha logrado, cuenta hoy con un marco normativo mas específico que trae al escenario elementos complementarios a todo lo que se estaba realizando en el SNIS.
Son cuatro ítems: registro nacional de personas diabéticas; desarrollo y elaboración de un programa nacional que, en base a datos del primer punto se concentre en la "determinación de planes para el cuidado y prevención de la diabetes y sus complicaciones"; acceso y disposición al tratamiento indicado por el médico mediante el logro de cambios necesarios para ello: y en cuarto lugar y no menor en importancia, el enfoque económico, que aspira a la disminución de precios de venta al consumidor, mediante el estudio de cargas impositivas y la promoción al apoyo estatal para su producción.
Un "deber ser" proyectado y presentado de acuerdo a las características de una sociedad inteligente, responsable y con las pautas claras de lo que corresponde por derecho. Ahora hay que hacerlo cumplir. Seguramente con énfasis y autoridad, se reclamarán los resultados. Y seguramente, adaptemos nuevos conocimientos y tecnologías, pero solo aprendiendo de nosotros mismos, de nuestros vecinos y compartiendo estas experiencias, podremos colaborar para controlar la incidencia de esta enfermedad en nuestra América Latina.
L.E. Isabel Casco
Posgraduada en Gestión y Políticas
en Servicios de Salud. / PRENSAMÉRICA URUGUAY
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