La obra Un cuento de Navidad de Charles Dickens es, sin duda, un retrato de la Inglaterra victoriana, marcado por la desigualdad social, la alienación laboral y la insensibilidad hacia los sectores más vulnerables. Aunque el texto fue publicado en 1843, sus reflexiones sobre la moral, el capitalismo y las relaciones humanas resuenan profundamente en el contexto de las desigualdades sociales y laborales de Chile en la actualidad. Esta columna navideña busca establecer un paralelismo entre el mensaje de Dickens y la realidad chilena contemporánea, destacando cómo la literatura sigue siendo un espejo que nos permite reflexionar en las cenas de finales de año sobre nuestras estructuras sociales.
Un cuento de Navidad está protagonizado por Ebenezer Scrooge, un avaro cuya obsesiva acumulación de riqueza lo ha aislado de su comunidad y de su propia humanidad. La crítica de Dickens no se limita a un individuo, sino que apunta a un sistema económico que, en pleno auge de la Revolución Industrial, priorizaba el lucro por sobre el bienestar social. Los sectores más vulnerables, como Bob Cratchit y su familia, son una representación de las clases trabajadoras que sufrían condiciones laborales precarias y salarios insuficientes para cubrir sus necesidades básicas.
Este contexto se asemeja a la situación de muchos trabajadores chilenos hoy. A pesar de los avances económicos, Chile es uno de los países con mayor desigualdad en la región (Banco Mundial, 2023). Las brechas salariales, el acceso desigual a la educación y la salud, y la concentración de la riqueza en un pequeño porcentaje de la población reflejan un sistema que también prioriza el capital por sobre el bienestar colectivo.
Bob Cratchit, el empleado de Scrooge, es el arquetipo del trabajador explotado que, a pesar de sus duras condiciones laborales, mantiene una actitud resiliente y una devoción hacia su familia. En Chile, las largas jornadas laborales, la falta de seguridad en el empleo y los bajos salarios son una realidad para una gran parte de la población. Según un informe de la OCDE (2022), Chile es uno de los países con las jornadas laborales más extensas, lo que afecta negativamente la calidad de vida y el equilibrio entre el trabajo y la vida personal.
El caso de su sobrino Cratchit también resalta la importancia de las redes de apoyo y la solidaridad. En la historia, su familia simboliza un refugio emocional ante las adversidades, un elemento que también se observa en los movimientos sociales en Chile, donde la organización comunitaria ha sido clave para enfrentar las desigualdades estructurales observada en el movimientos sociales durante toda la historia de nuestro país.
En Un cuento de Navidad, los fantasmas que visitan al avaro Scrooge lo obligan a confrontar su pasado, observar las injusticias del presente y temer un futuro sombrío si no realiza un cambio significativo. Este viaje introspectivo puede interpretarse como una metáfora del análisis social que también debe hacer Chile. Las protestas sociales de 2019 fueron un grito colectivo que demandó justicia, dignidad y equidad, señalando las fallas de un modelo que ha perpetuado la exclusión y la desigualdad.
Hoy, como Scrooge, el país enfrenta la oportunidad de redimirse y construir un futuro más inclusivo. La discusión en torno a la nueva Constitución, las reformas laborales, el reajusto del robo de las AFP y las Isapres y los derechos sociales son una especie de "fantasmas" que invitan a reflexionar sobre qué camino seguir. Al igual que en la historia de Dickens, el cambio no puede venir solo de buenas intenciones individuales, sino de transformaciones estructurales que prioricen el bienestar colectivo.
Un cuento de Navidad trasciende su época y contexto para convertirse en una herramienta de crítica social aplicable a diversas realidades que sigue más vigente que nunca en Chile actual y latinoamerica. La historia de Scrooge es un llamado a la acción, a reconsiderar nuestras prioridades y a construir una sociedad más empática y justa. En un país donde las desigualdades sociales y laborales persisten, la obra de Dickens nos recuerda que el cambio es posible cuando se combinan la reflexión, la acción y la solidaridad. Como sociedad, debemos preguntarnos: ¿Si estamos dispuestos a enfrentar a nuestros propios “fantasmas” y a construir un futuro más equitativo para todos?
"El cambio social no es un espectro que nos visita por la noche solamente en Vísperas de Navidad; es el fruto de nuestras acciones colectivas a la luz del día durante todo el año". MAR
En esta Navidad, dedico mis pensamientos y mi voz al pueblo palestino y, especialmente, a los niños que enfrentan el horror del historico genocidio a manos de Israel. Que su resiliencia y lucha inspire al mundo y que la justicia y la paz sean el regalo que algún día todos recibirán. #palestinalibre
Del autor: Miguel Angel Rojas Pizarro: Papá. Psicólogo Educacional, Profesor de Historia y Cs. Políticas, Psicopedagogo. Post Título en Orientación Vocacional, con estudios de Doctorado y Magíster en Educación y Convivencia Escolar. Bombero, Académico de la Escuela de Psicología de la Universidad de Aysen y Libre Pensador.