Por Miguel Ángel Rojas Pizarro / Psicólogo Educacional – Profesor de Historia – Psicopedagogo. / @soy_profe_feliz
Hay personas que no solo hacen reír. Que nos tocan el alma, que nos sacuden, que nos invitan a mirar el mundo desde otro lugar. Susana Opazo, más conocida como “La Su”, es una de esas personas. Su humor no es para escapar de la realidad, sino para enfrentarla. Para nombrar lo que duele, lo que arde, lo que muchas veces nos han dicho que no se dice.
Desde el sur del mundo, Su ha construido un camino valiente y hermoso. Una mujer lesbiana, camiona como se autodefine, activista, que ha hecho del stand-up un acto profundamente político y afectivo. Ha subido a cada escenario con el cuerpo, con la historia, con la risa como trinchera. Porque sí: reír también puede ser un acto revolucionario.
Al verla en escena, muchos recordamos el espíritu de la Nueva Canción Chilena. Porque Su Opazo, como en su momento lo hicieron Violeta Parra o Víctor Jara, no actúan para agradar al poder, sino para incomodarlo. No está en escena para entretener superficialmente, sino para hablarle a un pueblo que necesita ternura, claridad y memoria. Solo que, en vez de guitarra, Su Opazo empuña un micrófono; y en vez de melodías, nos regala carcajadas que duelen y liberan.
Su voz no se queda solo en los escenarios. En “El Club de la Tres de la Tarde” , su programa en YouTube, ha creado comunidad. Miles de personas la escuchamos y nos sentimos parte de algo más grande: Un espacio seguro, diverso, donde se puede reír, llorar, conversar, disentir, sanar. En "La Voz de los que Sobran" o "Not News" del canal chileno Vía X, ha puesto en el centro las temáticas que siguen siendo invisibilizadas: La disidencia sexual, el feminismo, la precarización de la vida, la crítica a una clase política muchas veces desconectada del pueblo.
Y lo ha hecho con claridad, ternura y una convicción inquebrantable, en un país y un continente que aún no abre suficientemente sus espacios a las voces diversas y rebeldes.
Hoy, Su Opazo atraviesa un momento difícil. Un ACV, accidente cerebrovascular la obliga a guardar silencio por un tiempo. Y aunque no la veamos cada tarde en la pantalla, aunque su micrófono esté en pausa, su voz sigue viva en nosotrxs . Porque lo que ha hecho no desaparece. Ha sembrado preguntas, ha regalado fuerza, ha puesto palabras donde muchas veces solo había miedo o vergüenza.
Querida Su, hoy no estás sola. Desde distintos rincones de Chile y de América Latina, somos miles quienes te abrazamos con el pensamiento, con la energía, con el profundo deseo de tu recuperación. Porque la necesitamos. Porque la queremos. Porque sabemos que, en un abrir y cerrar de ojos, con su risa luminosa y su firmeza entrañable, volverá a subirse a cada escenario del país, haciendo lucha social con el arma más poderosa que tienes: El humor.
Gracias, Su Opazo, por tanto. Aquí seguimos, haciendo fuerza contigo.
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Programa Multiplataformas "El Club de Las Tres de la Tarde".
Diario El Mercurio (Chile) Entrevista a Su Opazo.