MUJER DE LA TERCERA EDAD MUERE EN EL HOSPITAL GUASMO SUR Y HASTA LA FECHA LE ENTREGAN EL CADÁVER.
La señora ROSA ELENA ALVARADO DÍAZ, de 82 años de edad, falleció el 30 de marzo, cuando fue trasladada al área de emergencia del Hospital GUASMO SUR, a causa de un infarto. Lo raro de este caso, es que hasta la fecha le entregan el cadáver, cuando vía telefónica le pidieron el ataúd, mismo que fue entregada por su hija NARCISA MARTILLO, pensando que podía llevarse inmediatamente a su madre a darle cristiana sepultura y hasta la fecha, hoy 20 de abril, todavía suplica a medio mundo que le digan dónde está el cuerpo de la persona que la trajo al mundo.
Pero, hay algo más, le emitieron el certificado de defunción en el cual consta que la señora ROSA ELENA ALVARADO DÍAZ, MURIÓ POR CAUSA DEL VIRUS MALDITO, CUANDO AL PRINCIPIO EL PERSONAL QUE LA ATENDIÓ EN DICHO CENTRO DE SALUD MANIFESTARON QUE FUE POR UN INFARTO!!
Esto es lo que sucede en nuestra ciudad y es para volverse loco, pues no es el único caso, son cientos, quizás miles de personas que no saben en qué lugar pusieron el cadáver de su familia o dónde los tienen.
No es posible, que no hayan llevado un registro de las personas enfermas, desde el día que ingresaron, causas, día del fallecimiento, lugar y persona donde podrían retirar el cadáver. Este es un llamado para que el Ministerio de Salud, la Ministra de Gobierno María Paula Romo y Jorge Wated, investiguen el caso y ayuden a la recuperación del cuerpo de esta señora. Inicien una investigación en el Hospital Guasmo Sur para que se informen quien emitió el certificado de defunción y por qué cambiaron las causas de su muerte en ese instante.
Esperamos que esta petición sea analizada por las autoridades, para que el cadáver sea entregado a su hija, ser sepultada para que descanse en paz y sus familiares tengan tranquilidad y resignación al saber dónde está descansando su madrecita. Por favor señores, entreguen los cuerpos embalados de pies a cabeza como están haciendo, pero dejen un espacio de la cara, forrado con plástico transparente, para que así puedan reconocer a los difuntos.
No hay ninguna seguridad de que se está sepultando al ser querido, porque estos “sabidos inhumanos”, con billete en mano, entregan cualquier cuerpo, poniendo el nombre de la persona que pagó para su búsqueda.
¡Qué pasa en la ciudad de Guayaquil por Dios!
¿No hay a quien averiguar por tal o cual persona que murió o alguna persona que dé información o también hay que pagar por esto?