En un mundo donde la inclusión educativa sigue siendo un desafío pendiente en muchas naciones, el Instituto Profesional IPG en Chile ha dado un paso fundamental hacia la equidad a través de su Programa de Inclusión en Educación Superior (Pinces). Este programa no solo se ha convertido en un referente nacional en cuanto a accesibilidad, sino que también ha demostrado que la innovación tecnológica puede ser una poderosa herramienta para derribar las barreras que enfrentan los estudiantes con necesidades educativas especiales (NEE) en su camino hacia la obtención de una carrera de Educación Superior.
A nivel internacional, los esfuerzos para lograr una educación más inclusiva varían ampliamente. Sin embargo, el modelo implementado por el IPG en Chile puede ofrecer lecciones valiosas para otros países que buscan fomentar una educación superior equitativa y accesible para todos. La psicopedagogía, tradicionalmente asociada a la educación básica, ha encontrado en la educación superior chilena un campo donde su aporte es tan necesario como transformador. Los psicopedagogos del Instituto Profesional IPG, a través del Programa Pinces, han logrado hacer tangible el derecho a una educación inclusiva y de calidad, implementando estrategias pedagógicas y tecnológicas que han permitido a muchos estudiantes con NEE no solo acceder a la universidad, sino también mantenerse en ella. y prosperar.
Uno de los aspectos más destacados del Pinces es su enfoque en el trabajo a distancia mediante herramientas digitales, una innovación que ha abierto nuevas puertas para la educación inclusiva. En un país como Chile, donde las barreras geográficas, climáticas y de acceso a menudo dificultan la prestación de servicios educativos de calidad, el uso de plataformas online ha permitido al Instituto IPG ofrecer un apoyo continuo y personalizado a sus estudiantes con NEE, independientemente de su ubicación. Esta experiencia chilena puede resonar en otros países, especialmente aquellos con territorios extensos o con desafíos similares de acceso educativo.
Este modelo de trabajo no solo facilita el acceso, sino que también ha permitido que los psicopedagogos adapten sus estrategias de intervención de manera más ágil y flexible. A través de tutorías virtuales, acompañamiento emocional y evaluaciones en línea, los estudiantes pueden aprender a su propio ritmo y de acuerdo a sus necesidades individuales. En muchos casos, la tecnología ha permitido que estudiantes con discapacidades sensoriales, motrices o cognitivas reciban un acompañamiento pedagógico que de otro modo no habría sido posible, un enfoque que podría beneficiar a muchas otras regiones del mundo donde las limitaciones de infraestructura educativa siguen siendo una barrera.
El éxito del Pinces es un recordatorio claro de la importancia del psicopedagogo en la educación superior, no solo en Chile, sino en cualquier país que busque avanzar hacia la equidad educativa. Tradicionalmente, la psicopedagogía se ha centrado en la educación básica, donde su función ha sido identificar dificultades de aprendizaje y diseñar estrategias para superarlas. Sin embargo, en el ámbito universitario, donde las exigencias académicas son mayores y las barreras para los estudiantes con NEE pueden ser más complejas, el psicopedagogo tiene un papel clave en asegurar que el entorno académico sea verdaderamente inclusivo, algo que hasta la fecha ha sido poco visualizado y potenciado en muchas otras naciones.
En el Instituto Profesional IPG de Chile, los psicopedagogos no sólo trabajan directamente con los estudiantes, sino que también capacitan a los docentes en estrategias de enseñanza inclusiva. A través de reuniones en línea, los profesores aprenden a adaptar sus métodos de enseñanza para garantizar que ningún estudiante adherido al programa se quede atrás, fomentando una cultura educativa que valora la diversidad cognitiva, emocional y física de sus estudiantes. Este enfoque colaborativo entre psicopedagogos y docentes puede servir como inspiración para instituciones de educación superior en todo el mundo.
El trabajo que se realiza a través del Pinces debería servir como un modelo a seguir para otras instituciones de educación superior, tanto en Chile como a nivel internacional. En un contexto global donde la inclusión aún está en proceso de formación inicial en muchos países, el enfoque del Instituto IPG demuestra que es posible avanzar hacia una educación verdaderamente equitativa con la ayuda de herramientas digitales y una sólida formación en psicopedagogía. La clave está en comprender que la inclusión no es un concepto abstracto, sino una práctica que requiere innovación, compromiso y, sobre todo, voluntad concreta de cambio.
El Pinces y la psicopedagogía han demostrado que, con las herramientas y el enfoque adecuado, es posible transformar la educación superior en un espacio más inclusivo y accesible para todos. A través del trabajo online, el programa no solo ha facilitado el acceso a la universidad para estudiantes con NEE, sino que también ha promovido su éxito académico y su bienestar personal, una realidad que otros países podrían emular con los ajustes necesarios a sus propios contextos.
En una era en la que el conocimiento es la principal herramienta de progreso, el Pinces ha dejado claro que la inclusión no es una opción, sino una necesidad. Gracias a este programa, muchos estudiantes que antes se encontraban al margen de la educación superior en Chile hoy tienen la oportunidad de formarse, de crecer y de demostrar que la diversidad, lejos de ser una barrera, es una riqueza que enriquece a toda la comunidad. educativo. Que este sea el comienzo de un cambio que inspire a otras instituciones, tanto en Chile como en el resto del mundo, a seguir su ejemplo y comprometerse con una educación más justa e inclusiva.
Es momento de reconocer y valorar el rol del psicopedagogo en este proceso, como un agente clave que promueve el derecho a la educación en todos sus niveles y para todos los estudiantes, sin importar el país de origen.
Paulo Freire : "La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo".
Del Autor: Miguel Ángel Rojas Pizarro. Papá. Psicólogo Educacional, Profesor de Historia y Cs. Políticas, Post Título en Orientación Vocacional, con estudios de Doctorado y Magíster en Educación y Convivencia Escolar. Bombero, Académico en la Escuela de Psicología de la Universidad de Aysén (Chile) y Libre Pensador.