PABLO BARATINI DESDE VALPARAÍSO CHILE
Por: María Victoria Maldonado Godínez.
Hoy no les contaré ningún relato, prefiero abordar un tema sabroso. Sé que cada quien tiene sus propias recetas de cocina, pero les compartiré algo de lo que mi madre prepara y que le queda delicioso. Ya sabemos que en nuestro país existen muchas formas de elaborar tamales, es más, estos son tan diversos, que podemos encontrar tamales de dulce, de ceniza, de sabores, entre ellos, de piña, de ciruela y los famosos colados, así mismo los hay rojos, verdes y los de elote, hasta el gran zacahuil, etc. Pero aquí describiré brevemente como elabora mi madre los tamales:
Previamente prepara una salsa verde con carne de puerco; en un recipiente grande revuelve masa, manteca y sal al gusto, cuando ya está una mezcla homogenizada, va extendiendo pequeños trozos de masa en las hojas de tamal previamente remojadas. Una vez que la hoja esta con la masa extendida, procede a rellenar con la salsa y un pedacito de carne, luego enrolla levemente la hoja y dobla la punta para que no se desenvuelva.
Es preciso decir que en este caso no se cose la masa previamente ni se amarran los tamales con tiritas de hojas, como en otros estilos de preparación. Los tamales se ponen dentro de una vaporera y a partir de que empiezan a hervir, se dejan durante dos horas en la lumbre, cuidando que no les falte el agua para que no se quemen. Como anécdota personal, les platico que es una gran experiencia ayudar a mi madre en la elaboración de los tamales, pues mientras los preparamos (yo extiendo la masa en las hojas y ella rellena y cierra los tamales) disfruto de extraordinarias historias y leyendas del pueblo donde nací y que tal vez les narré en otra ocasión.
P.D. Me faltaban dos ingredientes más, que son la paciencia para esperar a que se cosan los tamales y el amor que mi madre les pone para que nosotros los disfrutemos.
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