ROBERTO GONZÁLEZ SHORT DESDE CHILE
SAN JOSÉ COSTA RICA.- Hablar del año más oscuro del presente siglo es simplemente decir 2020, porque para nadie es un secreto que dicho año trapeó el piso con millones de personas a lo ancho de esta plana tierra, aun así, hoy queremos compartir con los miles de lectores de PRENSAMÉRICA© una historia digna de ser contada, pero más que todo, digna de ser vivida. Se trata del amor a fuerza de todo, dos costarricenses, Ángela Valenciano Núñez y Francisco Díaz Marín, ambos de 73 años de edad y nacidos en Calle Blancos de Goicoechea, quienes desde muy chicos el destino los separó, ella hizo su vida en su primer matrimonio, y él emigró a Estados Unidos, no volviéndose a encontrar hasta hace pocos años.
Ellos son sólo una parte de la familia que ahora crece más. Esta pomposa boda religiosa se celebró en el Club Campestre la Campiña en San Rafael de Montes de Oca, el sábado 28 de noviembre de 2020 a las 9 de la mañana, celebrando después con un desayuno.
DESDE MUY NIÑOS
Aquí tenemos a Francisco y Angelita cuando eran jóvenes destinados el uno para el otro, pero separados por el mismo Destino que ahora los une.
PRENSAMÉRICA habló hace pocas horas con Angelita Valenciano, como es llamada la dama de nuestra historia, quien desde Costa Rica nos conversó sobre cómo logró encontrar el amor en aquél chiquillo con quien creció en su barrio, ahora ellos con 73 cada uno.
«Mi esposo se llama Francisco Javier Díaz Marín, nos conocemos desde niños cuando teníamos 9 años de edad, fuimos vecinos en el mismo barrio hasta nuestros 20 años. Él me cuenta que yo le gustaba pero que yo nunca le di pelota, no me di cuenta, nos cambiamos de barrio nos dejamos de ver cada uno tomó rumbos diferentes. Francisco era el mejor amigo de mi hermano mayor, y en 2018 quiso contactarse con mi hermano para que él le hiciera una obra de arte de unos paisajes típicos y quería su número de teléfono. Se lo mandé y mi hermano nunca le devolvió la llamada, entre las cosas extrañas de la vida este amigo de la infancia se fue a vivir a Estados Unidos desde muy joven y desde allá se comunicaba conmigo para conseguir hablar con mi hermano y total él nunca le contestó y se quedó chateando conmigo», comenta Angelita. [caption i
ÁNGELA VALENCIANO NÚÑEZ EN LA FLOR DE SU JUVENTUD >>>
- ¿Cómo evolucionó este romance pasados tantos años?
- Ya estando yo viuda de muchos años, puedo asegurar que esta segunda amistad empezó en abril de 2018, cuando chateábamos casi todos los días para hablar de todo un poco y así nos fuimos conociendo, entablando una muy linda amistad y cariño mutuo. Llegó diciembre de ese año y toda esa amistad se fue convirtiendo en una amistad de mucho cariño, y en enero de 2019 yo le declaré que me gustaba mucho y resulta que yo también a él, empezamos a ser novios. Los dos tenemos 73 años. 
- ¿Y cuándo te ofreció matrimonio Francisco?
- Fue en junio del 2019 cuando se animó, me propuso matrimonio para casarnos el 23 de mayo del 2020, pero no se pudo porque cerraron los aeropuertos por la pandemia, la boda iba hacer en Las Vegas donde él vive.
- ¿Cómo hicieron entonces para llegar al altar?
- Bueno, cuando abrieron los aeropuertos él compró tiquetes para el 28 de octubre y fijamos fecha para casarnos el 28 de noviembre. Él es costarricense y vive en los Estados Unidos hace 60 años, pero nunca me olvidó siempre pensó en que yo le gustaba a él.
HABLA EL ESPOSO
Nuestra Agencia de Noticias también habló con Francisco Díaz, ahora esposo esposo de Angelita, así describió él a su compañera: «Quizás no sea mucho lo de mi historia, en mi niñez aunque hubo mucha pobreza nunca nos faltó alimento a Dios gracias, y sí teníamos la felicidad completa porque se conocía el amor desinteresado de nuestras amistades y siempre entre chiquillos nos compartíamos cualquier juguete que tuviéramos, ahora con respecto a la que es ahora mi bella esposa, puedo decir que desde niño ella fue mi admiración aunque ella de mí no se recuerda físicamente, aunque yo entraba a su casa porque fui muy amigo de Jorge Valenciano (Coco) y según parece en esos tiempos ella tenía novio (s) y ¿qué se iba a estar fijando en un personaje como yo pobre, flaco y bastante feo, pero mi ilusión de verla caminar junto a su Madre (Doña Nena) como le decíamos, cuando iban para la iglesia, siempre me llamó la atención verlas tan llenas de esa alegría que se les reflejaba en sus rostros, y sé que en algunas ocasiones sí me dijeron 'buenos días', y aunque ella no se acuerda de esos momentos yo jamás los olvidé. Si pasó el tiempo y cada uno tomamos rumbos diferentes y formamos nuestros hogares, y al pasar de los años Dios que es misericordioso nos volvió a dar esta oportunidad de vernos de nuevo, y quizás yo nunca me hubiera atrevido a hacerle alguna proposición por lo tímido que he sido siempre, además no sabía si ella estaba casada, divorciada o si vivía con alguien, por eso no me atrevía a hacerle ningún tipo de proposición aunque, en las reuniones que hubo en los amigos del barrio la tuve a mi lado, pero sólo platicábamos de otras cosas nunca nada de amor, hasta que un día por WhatsApp’s ella misma me dijo '¿sabes algo?, me gustas', bueno quedé mudo y ni sabía qué decir, así pasaron algunos meses y a finales de mayo de 2019 me atreví y le pregunté que si le gustaría ser mi esposa, ufffff y me aceptó, pero todo se atrasó por la Pandemia que esa sólo fue obstáculo por momentos, eso nos dio más tiempo para pulir nuestra boda, que fue algo maravilloso. ¡Dios nos ha bendecido a los dos!», relató Díaz.
POR SU PROPIO ESFUERZO
El caso de Francisco y Angelita refleja en su más sublime expresión, la realidad de quienes por su propio esfuerzo se han puesto hoy por fin en pie, no sintiendo miedo del amanecer, ni dando la espalda al valor de la verdad, pues son almas que en cuerpo y alma buscan hoy su felicidad. Hoy ellos cantan con fuerza la canción que nace al son, que sus notas sean por siempre un concierto a la vida, pues cuando muchos se han dado por derrotados, donde miles caen vencidos y porque así lo quiso el Destino, hoy este par de enamorados centroamericanos cantan juntos un nuevo Himno al Amor.
