El transhumanismo es un movimiento cultural, filosófico y biotecnológico que aboga por el uso de tecnologías avanzadas para mejorar la condición humana tanto a nivel físico como psico mental. El objetivo es aumentar las capacidades humanas, ya sean intelectuales, físicas o emocionales, a través de la aplicación de técnicas de ingeniería genética, nanotecnología, inteligencia artificial, y otras tecnologías emergentes.
Este movimiento busca trascender las limitaciones biológicas que definen la experiencia humana, como la enfermedad, el envejecimiento y, en última instancia, la muerte. Los transhumanistas sostienen que a medida que la ciencia y la tecnología avanzan, será posible realizar estas mejoras, lo que dará lugar a individuos con habilidades muy superiores a las actuales y quizás a formas completamente nuevas de existencia.
Sin embargo, el transhumanismo también suscita una serie de cuestiones éticas y filosóficas. Por ejemplo, algunos críticos cuestionan ¿Quién tendría acceso a estas tecnologías potencialmente costosas y si pudieran crear desigualdades aún mayores en la sociedad? Además, se debaten las implicaciones morales de modificar aspectos fundamentales de la biología y la naturaleza humanas. El transhumanismo es un tema complejo que abarca una amplia gama de opiniones, tecnologías y posibles futuros. Su impacto potencial en la humanidad es objeto de debate y especulación en diversas disciplinas, incluida la ética, la filosofía, la religión y la ciencia.
TransHumanismo que busca una mejora exprés por medio de la adquisición de tecnología. Como señalo el compañero presidente Salvador Allende ¿Es justo que el hombre ponga un pie sobre la luna? ¿O no sería más justo que los grandes países pongan los pies sobre la tierra y se den cuenta que hay millones de personas que no tienen trabajo y que sufren de hambre”?
¿El TransHumanismo con llevaría a un empeoramiento de las sociedades humanas?; Creo que la clave está en las Escuelas, Profesores y en una nueva educación. Los procesos educativos y el papel de los pedagogos en la formación de los seres humanos como organismos que interactúan con un entorno orgánico, con un sistema perceptivo, creativo y un cerebro mucho más eficiente que cualquier máquina, porque es el ser humano quien de verdad genera conocimiento.
¿Cómo hacer frente, desde la Pedagogía? ¿Cómo reformular pedagógicamente el estatuto de lo humano desde las tecnologías convergentes? ¿Qué imagen debemos trasmitir a nuestros estudiantes de las Facultades de Educación sobre qué es el ser humano? En definitiva, ¿qué implicaciones pedagógicas tienen las comprensiones biotecnológicas de lo humano? Actualmente, nos rodeamos de dispositivos electrónicos y los consideramos cada vez más parte integral de nuestra vida, aunque no muy seguido nos detenemos a considerar cómo la convergencia de elementos tecnológicos transformará la humanidad, que en una visión será desordenada, compleja y aterradora, y que desdibujará nuestras identidades, y en otra nos hará más inteligente y beneficiosa de una actualización del sistema de inteligencia.
Sin embargo, mejorar a la humanidad a través de la ciencia y la tecnología puede cambiarnos radicalmente. ¿Sería pertinente entender el Transhumanismo como la nueva utopía del siglo XXI?
Antes de responder esa pregunta, vale entender que muchos de los avances que proponen e impulsan los transhumanistas ya son una realidad, no solo en los desarrollos en psicofarmacología, con medicamentos que hoy aumentan el rendimiento físico de deportistas, también a partir de aplicaciones de la biónica, o la cura de enfermedades desde el interior del propio cuerpo mediante el empleo de nano robots, etc. De alguna manera, el Transhumanismo nos plantea de forma inminente que el futuro no nos pertenece a nosotros, a la humanidad como la conocemos, sino que le pertenece a la inteligencia artificial. Así, la idea de ser reemplazados por una nueva forma de humanos es inquietante.
“Hemos progresado muy deprisa, pero nos hemos encarcelado nosotros. El maquinismo, que crea abundancia, nos deja en la necesidad. Nuestro conocimiento nos ha hecho cínicos. Nuestra inteligencia, duros y secos. Pensamos demasiado y sentimos muy poco.
Más que máquinas, necesitamos humanidad. Más que inteligencia, tener bondad y dulzura. Sin estas cualidades, la vida será violenta. Se perderá todo.
Los aviones y la radio nos hacen sentirnos más cercanos. La verdadera naturaleza de estos inventos exige bondad humana. Exige la hermandad universal que nos una a todos nosotros.
Ahora mismo mi voz llega a millones de seres en todo el mundo, a millones de hombres desesperados, mujeres y niños. Víctimas de un sistema que hace torturar a los hombres y encarcelar a gentes inocentes…………………………
No os entreguéis a esos individuos inhumanos, hombres máquinas, con cerebros y corazones de máquinas. Vosotros no sois máquinas; no sois ganado. Sois hombres. Lleváis el amor de la humanidad en vuestros corazones. No el odio. Sólo los que no aman, odian. Los que no aman y los inhumanos.
¡Soldados, no luchéis por la esclavitud, sino por la libertad! En el capítulo XVII de San Lucas se lee: el reino de Dios está dentro del hombre. No de un hombre ni de un grupo de hombres, sino de todos los hombres. En vosotros.
Vosotros, el pueblo, tenéis el poder. El poder de crear máquinas, el poder de crear felicidad. Vosotros, el pueblo, tenéis el poder de hacer esta vida libre y hermosa. De convertirla en una maravillosa aventura.” El gran Dictador 1940.